➡️Cap.36🔙

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Suelto confusas palabras al viento como tratando de ayudar a controlar esto que siento.

Es que su afán por hacerme gozar, me tiene en un limbo sin igual. En donde solo puedo dejarme llevar mediante ahogados y sonoros jadeos que le preceden a los movimientos de su cálida boca y de su ágil dedo.

Entonces, me desahogo en continuos lamentos a medida que su boca me succiona con suma destreza para luego venirme en ella como si largara mí viveza en el proceso.

¡Y Dios mío! Increíble pero real, estoy en uno de los baños de la universidad, jadeando casi en pelotas mientras mi crush de preparatoria me dio la condenada mamada más sexi de la puta historia.

—¿Estás bien bebé?

Cuestiona él a medida que me saca del frenesí de sentirme un pornoso koala prendido con mis piernas desde la parte posterior de su cabeza. ¡Es que hermana! Me vine tan intenso que me desplome de una manera que si no me agarraba por la espalda, de seguro me golpeaba la cabeza.

Pero como el desgraciado ama verme delirar por su magnífico tacto, antes de incorporarme y prevenir que me de un derrame cerebral por haberse ido toda la sangre de mi cuerpo hacia mi lánguida cabeza. Se acerca todo mal intencionado, limpiando con su impúdica lengua como si fuera un condenado gato, la oscura unión de mis nalgas y mi húmedo agujero.

_Ahhh... ¡Maldita sea JungKook!

¡Dios! Necesito mis manos separando los cachetes de mi culo para que se sirva cual banquete dispuesto a morir por la ofrenda de su codiciosa lengua...

Y mientras extraños balbuceos salen de mi boca expedidos en forma de lenguas antiguas, se escucha repentinamente: —¿Pero será posible JungKook? ¿Es en serio? El profesor realmente preocupado y ustedes acá... ¡Ni me digas! ¡Ni me quiero imaginar que están haciendo!

—Malabarismo extremo —suelto risueño a medida que los brazos de mi hombre me incorporan sacándome de su cuello y sentándome en su regazo en el proceso.

—Ya vamos amigo, tú, tranquilo —anuncia como si nada mi adonis personal a su amigo que se retira entre rezongos, mientras él, se acerca a mi boca cual vicioso explorador de nuevas tierras.

Y me dejo llevar...

Me entrego al condenado sabor de sus labios arrasando todo a su paso.

A la manera en que mi cerebro queda en blanco cuando entero me estremezco ante sus toques.

Y enteramente sensible por lo que nace desmedido y como un volcán en creciente erupción, desde los recovecos de mi estremecido cuerpo.

Quiero gritar...

Quiero gritarle que lo quiero, que lo amo y que me tiene completa e irremediablemente enamorado... Y de paso, cagarlo a palos, porque no se puede ser tan perfecto y hermoso. Debería ser arrestado por tenencia ilegal de hermosura y contrabando de besos deliciosos... Y ni hablar, de sus condenados dedos.

Pero en cambio, dejamos nuestras frentes juntas mientras él cierra sus ojos e inspira profundamente... ¿Y yo? Yo me dedico a observar embelesado cada detalle de su rostro mientras me enamoro, un poco más, al descubrirlo segundo a segundo.

—Eres... —indica suspirando con su cabeza en continua negación.

—Lo sé, soy hermoso. Y me haces sentir así, al verme en el reflejo de tus ojos — anuncio en medio de un clima algo incómodo, dado mis incrementados sonrojos y sus continuos sofocos.

Entonces, me observa profundo y directo a los ojos. Y podría jurar que el sentimiento que transmite su mirar, no es nada más ni nada menos, que la afección directamente proporcional al latir desaforado de su pecho.

—Eres maravilloso Jungkook...

Anuncio con mi corazón en ofrenda, junto a la llave que resguardo de su candado. Dispuesto a ceder el poder para que tome todo de él y haga lo que quiera.

—Tú lo eres aún más bebé... Me gustas, y demasiado —susurra pegado a mis labios mientras rodeo su cuello con el calor de mis brazos.

—Deberíamos regresar —anuncio entre beso y beso. Porque puede ser que me resulte medio dificil controlar mis ganas de montarlo en su regazo.

—Sí, sería lo mejor, bebé —dice JungKook.

Velozmente me incorporo y mientras le robo toques fugaces de labios, me visto de nuevo todo embolsado y hermoso ante sus ojos.

—Ni sé si me calienta o me da más ternura, verte con mis ropas puestas —suelta mi tatuado y no puedo esconder la amplia y pícara sonrisa que se me dibuja.

—No te tenía así de fetichista, amor mío...

Me quedo callado ante mi palabra y la intensidad de su mirada, sintiendo mi rostro quemar de inmediato. Y sin darle tiempo a nada más que a mirarme, salgo volando del baño, chocando con algunas personas en el proceso de trasladarme.

"¡Demonios! Ya tocó cambio de hora y nosotros casi fornicando como conejos". Medito dentro mío a medida que me arrimo hasta el próximo recinto de estudio.

—Hasta que se dignó a regresar Park... Espero que esté mejor y no sé vuelva a sentir desorientado —suelta el profesor a medida que ingreso al salón.

—Lo siento —digo apenado. Y recibo por parte de Tae un "seguro que lo sientes o lo sentiste, en todo caso". Y quiero traspasarlo con mis ojos.

—¡Enhorabuena! ¡También se dignó a regresar Jeon! Pensé que se los había tragado la tierra —anuncia, nuevamente, el profesor.

—Otra cosa me tragué... —susurra despacio y lo quiero matar aunque solo yo, lo haya interpretado, o eso es lo que me conviene pensar.

—¿Qué dijo Jeon?

—Que lo sé profesor, lo siento —suelta de inmediato ante el escrutinio de todos.

Rápido se acerca sentándose a mí costado mientras me invaden todos los tonos de rojo. Percibiendo su intenso mirar y las risitas del jocoso castaño a su costado.

Pero más me caliento, cuando Tae le choca las cinco como si estuvieran festejando: —¿Se puede saber qué demonios están haciendo? —cuestiono.

—Riendo de tu malabarismo extremo, pequeño —suelta el castaño.






































Me alegra muchísimo que la historia les agrade. 🥰 Y muchas gracias a todas esas personitas que leen día a día.

Los amito mucho ♥️



"Si Pudiera ser ella"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora