Capítulo 9 - Vellazeria.

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Mellea.

Despertar al lado de Besnik no resultó como lo esperaba. Apenas tuvo tiempo de prestarme atención antes de marcharse con mi padre.

La idea de retomar lo que habíamos comenzado la noche anterior fue una completa farsa.

No me molesta no poder follar cuando yo deseo; entiendo que a veces es factible y otras no. Sin embargo, después de tanto insistir por parte de Besnik, esperaba ver su interés y pasión reflejados de manera evidente.

Me sentí como la que busca abusar cuando lo toqué esa noche y él no correspondió. Ante la falta de reciprocidad, decidí alejarme.

Fue la primera vez que un hombre me rechazaba, y no entiendo por qué. ¿Acaso mi actitud distante le ha quitado la valentía para intentar algo?

Con tantas incógnitas rondando mi mente, terminé de ducharme y me enfrenté al espejo sobre mi tocador. Allí, noté las marcadas ojeras y la falta de brillo en mi rostro. Quizás sea hora de empezar de nuevo, de enamorarme de alguien que lo merezca. Debo darle a Besnik la oportunidad de demostrar su interés.

Aunque mi corazón se resista, sé que debo hacerlo. Sobreviví dos años sin Biagio, podré hacer lo mismo ahora. Él debe quedarse en el pasado, junto con la muerte de nuestros hermanos. No puedo seguir aferrándome a alguien que parece tan inamovible como una roca.

Los recuerdos no son suficientes para vivir.

Preparo mi maleta con escaso entusiasmo para emprender un viaje exprés con Besnik. Incluso mi padre, a pesar de haber planeado acompañarnos, decidió quedarse, dejándome ir en su lugar. El señor Dardan, o como debería llamarlo, "suegro", tiene un negocio importante en el que desea que mi familia participe. Aún desconozco de qué se trata, pero supongo que lo averiguaré una vez lleguemos.

Le envío un mensaje a Albert para posponer nuestra conversación pendiente hasta mi regreso del viaje.

El sonido de mi teléfono interrumpe mis pensamientos cuando suena estridentemente en toda la habitación. Al ver el nombre de Eyra en la pantalla, contesto de inmediato.

—Hola jefa, lamento si te interrumpí, pero no podía esperar más tiempo para la noticia —me suelta Eyra de golpe.

—¿Qué sucedió? —pregunto, sin siquiera saludar.

—Nos salió una gran oportunidad —responde— resulta que Calíope tiene un amigo árabe que estuvo en la ciudad hoy por negocios. Se llama Jamal y posee una amplia red de contactos en Oriente Medio. Nos ofreció hospedaje seguro en Arabia y se comprometió a ayudarnos a localizar a Zaid.

La noticia me llena de alegría.

—Pero hay un pequeño inconveniente.

Frunzo el ceño. —¿Cuál?

—Jamal estará aquí solo hasta mañana y luego regresará a su país. Quiere que nos movamos con rapidez, por lo que debemos estar en Arabia pasado mañana si queremos tener alguna oportunidad.

—¿Tan pronto? —pregunto, visiblemente alterada—. Maldita sea, esto no estaba en nuestros planes.

—Lo sé, jefa. Es realmente poco tiempo de antelación, pero sinceramente, desde mi perspectiva, creo que vale la pena arriesgarnos con él. No sabemos cuándo volveremos a tener una oportunidad así, y su oferta es limitada.

—El problema es que estaré de viaje en Albania en estos días —me muerdo el labio, reflexionando sobre la propuesta—. Pero está bien, veré cómo me las arreglo para librarme rápidamente del viaje. Prepara a las chicas; necesito que aprendan en un día lo que tenían una semana para estudiar. Es crucial. Una vez estemos allá, se me ocurrirá algo.

Traición LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora