Capítulo 17 - Despedida.

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Mellea.

El viento choca contra mi rostro, mientras a lo lejos la luz del sol se refleja sobre las imponentes montañas.

Bonnie y Oliver están colocando las últimas maletas en la camioneta, momento que aprovecho para deleitarme con mi cigarro. Por fin, un instante de paz sin tener a alguien constantemente recriminándome por fumar. Es agotador tener que soportar los comentarios de mi padre y mi manipuladora suegra, quienes parecen competir por ver quién logra irritarme más.

No sé quién de los dos se empeña más en fastidiarme.

La única gracia es que, al menos por ahora, Melek Cela parece haber dejado de lanzar indirectas venenosas hacia mi persona en particular. Aunque continúa molestando con nimiedades relacionadas con la boda, al menos no cuestiona mi valía para casarme con uno de sus hijos.

Sin embargo, estos dos individuos no cesan de restringirme, obligándome a lidiar con los últimos preparativos de la boda. Aunque intentaron tomar en cuenta mis gustos al decidir detalles insignificantes, la mayor parte de las decisiones fueron tomadas por ellos y yo tuve que resignarme.

Incluso me vi forzada a acompañar a Melek y Sihana para elegir sus vestidos, aunque afortunadamente apenas cruzaron palabras conmigo. Era solo una fachada para mantener las apariencias frente a Dardan y Besnik, haciéndoles creer que nos llevábamos bien.

—Mellea —oigo la voz de mi padre resonando a lo lejos, mientras camina junto a mi tío Carlo y Besnik.

Mi cigarro ha disminuido considerablemente, así que lo fumo apresuradamente antes de que se acerquen.

Pero mi intento fracasa al ver sus gestos de desaprobación al verme arrojar la colilla al suelo.

—¿Otra vez? —inquire Lorenzo con molestia, mientras parece recibir el respaldo de Besnik con una mirada reprobatoria.

Rodé los ojos.

—Bueno hermano, deja a mi sobrina tranquila, al menos por estas 48 horas —interviene mi tío Carlo en mi defensa.

Mi padre emula mi gesto con los ojos.

—Ya está todo listo, Lea —me avisa Bonnie.

—Sí, voy.

Ambos se despiden con cortesía de mi padre, mi tío y Besnik antes de subir a la camioneta.

Tío Carlo me abraza, mientras que mi padre apenas asiente con la cabeza.

—No olvides que debes estar en Pescara temprano el sábado por la mañana —me recuerda Lorenzo.

—Lo sé perfectamente.

—La ceremonia será a las 2 de la tarde, pero tu maquillista y todas tus primas estarán contigo desde temprano para prepararse sin prisas —añade ahora el tío Carlo— tu vestido te lo enviarán con ellas.

—Entendido —respondo lacónicamente antes de despedirme rápidamente.

Besnik se acerca para abrirme la puerta trasera. Me ayuda a subir y me brinda un breve beso.

—Nos vemos en el altar, preciosa.

—Allí estaré —le devuelvo una sonrisa forzada— disfruta tu despedida de soltero.

—Gracias —me sonríe y aparta mi flequillo—, te portas bien.

Sin responder a su comentario final, me besa en la frente y cierra la puerta de la camioneta.

—¿Lista? —pregunta Oliver.

—Sí, vámonos.

La camioneta arranca, alejándonos del castillo en cuestión de minutos.

Traición LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora