Capítulo 16 - Obstáculos.

608 50 53
                                    

Mellea.

El sudor resbala por mi frente, sintiendo cada gota como una prueba física de la tensión que se acumula en mi interior.

Mi pulso late desbocado y siento cómo mis piernas arden, al igual que otras partes de mi cuerpo que parecen arder en llamas.

Mi respiración se agita, marcando el ritmo acelerado de mi corazón a medida que aumento la presión sobre la caminadora.

—¡No! —exclamo con angustia cuando Oli coloca otra foto demasiado cerca de mi rostro.

El patrón se repite con las siguientes imágenes, mi frustración crece y me veo obligada a reducir la velocidad de la caminadora.

—Por los cielos, ¡todo es simplemente horrendo! —expreso, tratando de recuperar el aliento entre jadeos.

—Es lo que nos envió su padre, señorita Mellea. Casi todo está decidido —me informa con tono imperturbable.

—¿Todo? —pregunto incrédula, con una sensación de desasosiego creciente.

—Él mencionó que solo faltan unas pocas cosas que debemos organizar por nuestra cuenta.

Sacudo la cabeza repetidamente, observando lo que supuestamente será "mi boda", pero que se asemeja más a un baile de quinceañera. No hay nada que me guste de las elecciones de Lorenzo.

Los colores no son de mi agrado y los detalles parecen excesivamente recargados para mi gusto.

La frustración me embarga al darme cuenta de que esto es lo que él y la víbora de Melek han elegido para mí.

Ni siquiera tuve la oportunidad de opinar sobre el vestido.

Necesito una paciencia sobrehumana para no cancelarlo todo de inmediato.

A veces tengo la sensación de que mi padre actúa deliberadamente, como si quisiera provocarme, o simplemente como si no me conociera en absoluto.

Para colmo, mi luna de miel se llevará a cabo en las playas de España, un lugar perfecto con un clima maravilloso, pero la compañía no es la adecuada. En serio, estoy considerando meticulosamente una excusa perfecta para no asistir.

Dios, espero que Bashikma me perdone. El encuentro sexual con Besnik no cumplió mis expectativas ni de lejos. No sé si fue por los nervios de la primera vez o si su enfoque en la intimidad es simplemente paciente y tierno, pero la idea de repetir la experiencia no me entusiasma en lo más mínimo. Si nos vamos de viaje por dos semanas enteras, tendría que fingir emociones que simplemente no siento.

Todo está patas arriba, y mi mente me atormenta con un cúmulo de preocupaciones.

—Intenta no mostrar tu descontento —entra Bonnie con agua y una toalla, que me entrega mientras detengo por completo la cinta de correr.

—¿Has visto lo que han planeado? —pregunto indignada— ustedes me conocen tan bien y saben que nada de lo que está aquí me agrada.

—Al igual que el novio —responde Bonnie, y la fulmino con la mirada— vamos, Lea, sabíamos que esto iba a suceder. Te estás comprometiendo con un hombre que no quieres, por lo tanto, ninguna de estas decisiones te cautivaría.

—Estoy intentándolo.

—¿Y te está funcionando?

—Pues no —respondo con un suspiro— pero es lo que hay. No puedo retractarme de la decisión ahora. Estamos a solo dos semanas y media de la boda.

—Es por eso que necesitas relajarte. Sabes que estamos aquí para apoyarte en lo que decidas.

Exhalo profundamente y asiento con la cabeza. Entrego mis pertenencias a Oli y me acompañan hacia la salida.

Traición LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora