Capítulo 13 - Diferentes perspectivas.

622 54 26
                                    

Biagio.

En el mundo de la mafia, la lealtad y el respeto hacia aquellos que siempre te han respaldado son cualidades fundamentales. A pesar de la desconfianza que reina en este ámbito, existen individuos que han tendido su mano y brindado apoyo en momentos críticos. Por lo tanto, sería injusto darles la espalda cuando más necesitan ayuda.

Ilias Polyakov no solo ha sido mi socio durante muchos años, sino también mi mentor en este negocio perverso. Muchas de las lecciones que he aprendido provienen de él, y puedo afirmar que compartimos ciertas similitudes. Ambos hemos nacido y crecido en el seno de la mafia, siendo testigos de lo más oscuro de la humanidad desde nuestra infancia, y desde temprana edad supimos hacia dónde dirigir nuestros pasos.

Somos los líderes de las mafias más poderosas del mundo. Nuestra asociación siempre ha sido beneficiosa para ambos, y es por eso que me encuentro ahora en un jet rumbo a Rusia, en compañía de Milo, Levin y Dante.

La hija de Ilias ha sido secuestrada, por lo que se ha comunicado conmigo en busca de ayuda. Las punzadas constantes en mi cabeza han vuelto a intensificarse, sumiendo mi estado de ánimo en la oscuridad.

—Así que nos quedaremos en territorio de la Bratva —comenta Dante a mi lado, mientras bebe un vaso lleno de licor— ¿Por cuánto tiempo será esto?

—El que sea necesario —respondo con brusquedad—, o hasta que localicemos a esos secuestradores de mierda y los eliminemos a todos.

—Huele a que se avecina una masacre, como aquella vez con Iluit hace unos años.

—Así es. Ilias está dispuesto a desatar una tormenta si no recibimos noticias de la hija pronto.

—Me lo puedo imaginar —suspira Dante—. Los problemas parecen no cesar últimamente.

Sé de inmediato a lo que te refieres.

—Esos problemas de los que hablas no son más que pequeñas piedras en el camino, nada que no se pueda solucionar —afirmo con determinación.

—Sí, claro. Entonces, ¿cuál es tu plan para lidiar con tu ex amante? Esa que tiene un ejército de mujeres con instinto asesino y ansias de causar estragos a quien se les antoje. Porque Biagio, ese sí que es un problema. Tú lo sabes, yo lo sé —cuestiona con escepticismo.

—Aclarando que no es mi ex, seguirá siendo mi amante hasta que yo lo decida —levanto un dedo, indicándole a Levin que me sirva ron—. Respecto a lo otro, es simple. Mientras tenga a Mellea bajo control, sus cirqueras no se atreverán a actuar.

—¿Y cómo planeas lograrlo? —pregunta, incrédulo—. ¿Crees que podrás hacerlo?

Exhalo con fuerza.

Levin me entrega el vaso, y comento —Por si no te has dado cuenta, imbécil, es lo que he estado haciendo desde que ella reapareció.

Él niega mientras bebe. —De todas formas, no creo que sea tan sencillo, con esas mujeres...

Interrumpo. —No quiero escuchar más de tus quejas sin sentido —digo, frustrado—. Si algo debe quedar claro es que en este mundo todo tiene solución, y puede ser de dos maneras: por las buenas o por las peores. Cada uno elige cómo desea que sea.

Dante bebe de nuevo y suspira, aparentemente derrotado. —Si tú lo dices, primo.

Ruedo los ojos y decido concentrarme en mi celular. Recibo varios mensajes de Franco, Daryna y Enzo; solo respondo a este último, ignorando a los demás mientras bebo.

Así, paso el tiempo vaso tras vaso, hasta que finalmente llegamos a una de las pistas personales de los Polyakov.

Me levanto de mi asiento junto a Dante y nos dirigimos hacia la salida al bajar las escaleras. Ajusto mi saco y observo las camionetas estacionadas; en la más lujosa, Ilias y Bogdan nos esperan.

Traición LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora