Capítulo 38 - Poner cada cosa en su lugar.

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Mellea.

—Su historial cambio desde hace 3 meses —me asegura la gerente del banco.

—¿Cómo que cambio?

—Si, tiene pequeños retiros de dinero en ese tiempo —me enseña la hoja donde veo los cobros en mi cuenta.

Unas cantidades son más que otras, pero nunca sobre paso más de los 10,000 euros. Hasta hace dos semanas que tengo un retiro de 100,000.

—Pero que esta diciendo si yo nunca autorice ningún retiro de nada.

La gerente me mira incomprendida.

—Cómo que no autorizó señorita Mancini —me mira fijamente—. ¿usted está segura?

—Demasiado segura.

—Permítame un momento —agarra su teléfono fijo y marca un numero rápido.

Volteo para ver a Bonnie que me ve con cara de te lo dije.

Espero tratando de ser paciente, porque esto si es un problema grave. No es que me vaya a quedar en la bancarrota con lo que se retiró, pero si puede sobre pasar la situación, si no pongo un alto quien quiera que sea que lo esté haciendo lo seguirá haciendo, y entonces hay si abra un gran problema.

Ese dinero me ha costado montones como para andárselo regalando a cualquiera.

—Ok, yo le digo —escucho esto último de la gerente antes de colgar el teléfono— ya entendimos el problema señorita Mancini, lo que pasa es que esos últimos retiros de cuenta fue por parte de su esposo.

La miro extrañada. —¿Por mi esposo?

—Si, me dicen que fue a nombre de Besnik Cela y que puso como beneficiario.

Aprieto con una mano el reposabrazos del sofá donde estoy sentada.

Escuchar el nombre me pone furiosa en un segundo, después de todo lo que ha pasado el hijo de puta se ha atrevido.

Checo de nuevo los retiros que vienen siendo desde hace tiempo, antes que su desgraciado hermano se muriera.

Asi que todo este tiempo me ha estado robando dinero.

—¿Y porque lo pusieron como beneficiario? Yo soy la titular y jamás accedí a que se hiciera ese movimiento es más ni si quiera me he presentado en meses hasta el día de hoy.

La gerente empieza a hiperventilar casi en un estado de crisis. Yo lo sé, ella lo sabe, le traerá muchos problemas esto, pues soy una clienta destacada desde hace años, tengo mucho dinero guardado aquí.

—No estaba enterada sobre eso señorita Mancini —se levanta—. discúlpeme y permítame hacer las averiguaciones correspondientes. Déjenme me comunico con mi jefe directo para que me de la información de quien hizo las transacciones y como se le autorizo un beneficiario.

Se levanta de su asiento y se va por la puerta de cristal como si su vida dependiera ello.

—¿Desde hace cuanto está quitándote dinero? —me pregunta Bonnie y le enseño la hoja.

—Tiene semanas.

Observa las hojas junto a Oliver. —Muy astuto quitándote pequeñas cantidades que no se notarían.

—Antes —respondo furiosa— acaba de hacerlo ahora que regreso a Albania.

—¿Estará apostando como el idiota de Afrim?

—No lo sé —me agarro el cabello.

Esperamos más del tiempo que pensaba estar aquí y entonces la gerente aparece con otra empleada que lleva casi un mismo uniforme, esté un poco más ligero.

Traición LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora