Biagio.
1 mes antes de la ceremonia.
Las noches en Rusia son heladas, también suelen ser malditas y sádicas.
Crecer en un ambiente tan lleno de mierda y tener la sangre fría me ha enseñado a ver las cosas a la ligera. Nada me sorprende ya, después de todo lo vivido.
El control sobre mi vida es crucial y lo tengo en todo lo que me rodea, alimentando mi ego. Pero siempre hay un pequeño detalle, y ese es Mellea.
Bebo otro trago de licor, que en lugar de calmar mi ira, la aviva.
A pesar de tener cuerpos femeninos sudando y bailando para llamar mi atención, no logran provocarme nada.
La pelea previa con Mancini me deja un puto mal sabor de boca.
Esa mujer me está complicando las cosas y no sé cuánto más podré soportar sus malditas provocaciones.
Entro en una lucha constante conmigo mismo.
Por un lado, pienso en mandarlo todo al carajo, pero por otro, no puedo dejarla ir, estoy jodidamente impregnado de ella.
La mujer de Ilias hace acto de presencia; la vi a ella y a Mellea hablando antes por los pasillos del club. Quiero creer que la castaña va a aparecer a su lado, pero no.
No me quiero imaginar que anda por ahí bailando como toda una diosa, llamando la atención de imbéciles como el que casi maté. Espero que no le queden ganas de ver cómo le parto la cara a los idiotas que se atrevan a sobrepasarse con ella.
Ilias sigue sentado a dos lugares consecutivos y Catherine se acerca a él.
—¿Dónde estabas? —le pregunta Ilias de forma más fuerte de lo normal debido a la música.
—Estaba hablando con los soldaty.
—¿Por qué, Svet? ¿Algún imbécil te molestó?
—No, amor, es que Mellea quería regresar al castillo —contesta de una forma todavía más alta y luego mueve su cabello azabache— se le veía muy mal, como si algo le preocupara.
—Siempre quieres ayudar a todos, Svet, ella tendrá sus problemas como todos, déjala un momento a solas.
—Si en eso tienes razón, pero me preocupa —me echa un vistazo y luego se sienta en las piernas de su marido— el caso es que necesitaba una de las camionetas para que la escoltaran, ahora está de regreso al castillo, esa fue la explicación de mi ausencia.
Eso me pone alerta ¿Se habrá ido por que peleamos? Un sin fin de incógnitas que tengo y que la muy testaruda no tiene ganas de responder
¿Me preocupa? No lo sé. ¿Me molesta? Tal vez.
La noche se va a pique y por eso mismo me viene de los cojones seguir aquí.
—¿Qué pasa, primo? —pregunta Dante observando sin escrúpulos a esa rubia, otra cirquera más de Mellea.
—¿De qué o qué?
Una mesera con las tetas gigantes se acerca a mí con mucho coqueteo, toma mi vaso de vidrio y lo llena. Le hago un gesto para que siga sirviendo y lo llena hasta el borde. Me lo entrega y le hago una seña para que se largue de una vez. Y me bebo todo el contenido de un trago.
—Tu semblante está como muy de la mierda —expone sin importarle mi mal humor, levanto la mano para que me traigan otro trago.
—Y el tuyo está de puta madre viéndole el culo a la rubia.
—¿Qué dices?
—Imbécil, no soy Dante, pero mi respuesta es un no.
—¿Un no en qué?
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Traición Letal
RandomEl linaje es algo inevitable de corromper porque tiene que seguir, pero todo cambia cuando se involucra la traición y eso es algo que tiene que pagarse, ya que nunca quedará impune, mucho menos en esta historia. Mellea ya ha perdido bastante, desde...