Capítulo 25 - Ahora o nunca.

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Mellea.

Oportunidades.

Las oportunidades se deben aprovechar según lo exija la situación. Sobre todo, si puedo obtener beneficios de ellas. Con los años he aprendido que cuantas más oportunidades se presenten, mejor me irá en la vida.

En mi caso, veo estas oportunidades como herramientas para debilitar a mis enemigos.

—Necesito que me expliques detalladamente lo que acabas de decirme —le pido a Calíope, totalmente interesada en lo que me ha estado contando desde que nos fuimos de la tribu.

—Es simple, jefa. Tenemos la oportunidad de asestar un golpe fuerte a los Cicchi —me responde con seguridad—. Escuché una conversación privada entre el Boss y el Underboss. Tienen un negocio muy importante con ellos, tan crucial que podrían desvincularse y tener más posibilidades de sacar a su familia de la pirámide.

Intento asimilar la noticia como una oportunidad para perjudicar a los Cicchi, en lugar de verla como una amenaza que podría poner en peligro a mi familia.

Durante décadas, no ha habido nada lo suficientemente significativo como para que los Cicchi se independicen de la mafia italiana. Aunque compartimos esta mafia y lo neguemos, nos ha beneficiado a ambas partes durante tanto tiempo, manteniéndonos en la cima sin que ninguna otra familia nos desplace, ni siquiera la Bratva.

¿Será ese negocio realmente tan crucial como Calíope lo plantea?

—¿Estás segura de lo que me estás diciendo? —pregunto, consciente de que si la situación es verídica, debo actuar de inmediato, sin dudarlo.

—Totalmente, jefa. Hablaban en su lengua materna, y por casualidad yo pasaba por ahí, los estaba espiando, así que no me vieron. Estoy segura de que no tienen ni idea de que poseo esta información, especialmente si no saben que hablo su idioma.

Las chicas y yo nos miramos, conscientes de que esta revelación es de suma importancia y podría cambiar la dinámica entre ambos bandos.

—Si esto es verdad, entonces no podemos perder más tiempo. Debemos idear un plan.

Las emociones se agolpan en mi pecho mientras considero las implicaciones de esta información. La posibilidad de debilitar a los Cicchi es tentadora, pero también sé que las consecuencias podrían ser devastadoras. Sin embargo, en este mundo de traiciones y lealtades cambiantes, la oportunidad de tomar la delantera es algo que no puedo ignorar.

—¿Y cómo se supone que lo hagamos? —pregunta Natia, planteando la difícil realidad del desafío que enfrentamos—. No es por ser aguafiestas, jefa, pero desde mi perspectiva, lo que estamos intentando es prácticamente imposible. No estamos tratando con cualquier organización; estamos hablando del imperio de Biagio Cicchi, y sabemos que no podemos infiltrarnos como la última vez. Cicchi y sus guardias conocen nuestras estrategias de principio a fin. A menos que alguien se meta en su círculo íntimo de nuevo, no veo cómo podríamos obtener la información que necesitamos.

—Estoy de acuerdo con Natia, jefa —añade Calíope—. Incluso si logramos obtener la información básica sobre la operación, necesitaremos una estructura sólida para sabotearla, y la única forma de hacerlo es si alguien se infiltra.

Me recuesto en el auto, sintiéndome frustrada. Reconozco que no siempre tengo la respuesta correcta, y en este caso, Natia y Calíope tienen razón en señalar lo difícil que será obtener lo que necesitamos desde afuera. La meticulosidad de Biagio en estos asuntos, especialmente después del último incidente, hace que la tarea sea aún más desafiante.

Sé que si quiero acceder a información tan confidencial, tendré que aceptar volver a estar cerca de él. La verdad es que no quiero hacerlo. No quiero arriesgarme a otra tragedia que cargaré sobre mis hombros.

Traición LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora