CAP 07. ¿El adiós definitivo?

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Sam

Siento un gran nudo en la garganta, lo qué paso anoche no me dejo dormir, siento cierto temor de salir y encontrarme a alguien igual o peor que aquel tipo repugnante del ascensor.

Y sobre todo, la desilusión que me provoco Lando, aún no puedo sacarme de la cabeza aquel beso que hizo sentirme de una forma extraña, pero el destino hizo que pusiera los pies en la tierra y me diera cuenta de que llevamos una vida muy diferente.

No tengo ánimos de levantarme de la cama, pero sé qué si me quedo en la habitación, mi hermano se dará cuenta de que algo ha pasa y no quiero eso, además es domingo de carrera, el día más importante de todo el fin de semana, soñé mucho por estar aquí y qué me lo pierda por un mal sabor de boca, jamás.

Me doy una ducha rápida para bajar a desayunar, me pongo unos jeans, una playera de Red Bull y una gorra para el sol, añudo mis tenis y tomo mis lentes del buro, salgo de la habitación encontrándome a Erick y Michell en el pasillo, esperándome.

— ¿Qué tal anoche, se divirtieron? — pregunto dándoles una sonrisa.

Fue divertido, las noches aquí son geniales — responde Mich — Pero nuestra noche termino temprano, si no, no íbamos a levantarnos hoy.

¿Y tú, qué hiciste? — pregunta mi hermano en mi dirección.

A ver resumiendo mi desastrosa noche.

Perdí mi celular.

Un imbécil me agredió en el elevador.

Y casual, ¿Recuerdas al piloto de  fórmula 2? Bueno, me beso para consolarme en el momento pero solo fue eso, el  momento ¿Sigo?

Tierra llamado a Margarita ¿Hola? — Mich chasquea los dedos frente a mí sacándome de mis pensamientos — ¿Estás bien?

— Odio qué me digan Margarita — frunzo el ceño.

— Bueno no respondiste a la pregunta — se defiende — ¿Y bien?

— Estuve en la habitación viendo películas hasta quedarme dormida — respondo tranquilamente.

¿No hiciste nada más? — niego con la cabeza — creí que serias una adolescente loca que iría en busca de su piloto misterioso — bromea, lo miro molesta por que ni se imagina lo que paso y prefiero que así sea.

Bajemos a desayunar mejor, se nos hará tarde — comenta Mich, caminamos rumbo al ascensor para ir hacia el restaurante, pues tenemos que llegar al circuito temprano para ver todo el programa.

Bajando a recepción, un sentimiento de culpa y vergüenza me invade, no pensé las consecuencias qué podía ocurrir después de ese beso, claro que, la posibilidad de verlo nuevamente es nula, pero no dejo de sentirme afligida.

Llegando al gran comedor y doy gracias de no verlo por ningún lado, eso me da la libertad de poder reír un rato con las ocurrencias de mi hermano.

Terminando de desayunar nos dirigíamos al circuito justo a tiempo para los espectáculos, el desfile de pilotos y en menos de qué nos diéramos cuenta, la carrera estaba por comenzar.

Todos los pilotos se encuentran ya listo en la línea de salida, las luces del semáforo se apagan dando así inicio a la carrera. Vuelta tras vuelta la emoción se sentía cada que un coche hacía un rebase para cambiar posición, en una de las ocasiones, las cámaras enfocaron al box de McLaren, regalándonos una imagen del piloto en ascenso y la persona que no puedo sacarme de la cabeza.

Lando Norris.

Lando sonrió cuando la cámara lo enfoco, no pude no sonreír al verlo ahí, pero rápidamente remplacé mi sonrisa por un ceño fruncido.

Amor a Distancia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora