CAP.55. Amor a distancia.

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Capítulo final.

Sam

Camino por un pasillo oscuro, no hay ninguna luz a mi alrededor, estoy sola, hay puertas a ambos lados que están cerradas.

— ¿Hola? — preguntó en voz alta, trato de buscar un interruptor para encender la luz pero no encuentro ninguno — ¿Hay alguien aquí?

Ninguna respuesta, comienzo a asustarme por la oscuridad infinita hasta que una puerta se habré al final del pasillo y de ella, emerge la luz, camino a paso apresurado para evitar perderla y entro, lo primero que veo es un destello que me nubla la vista por completo, hago el esfuerzo por qué la cabeza no me dé vueltas y me acostumbre a su nitidez.

— ¿Hola? — pregunto de nuevo tratando de que se escuche lo suficientemente alto.

— Sam — escucho una voz, su voz, volteo a todos lados buscándolo.

— ¿Lando? — pregunto, volteo otra vez y lo veo, está parada frente a mi vestido de blanco total, sonriéndome.

— Vuelve a mí, Sam — extiende su mano en mi dirección, dudo un poco pero la tomó, nuestros dedos encajan a la perfección — Vuelve a mí, Sam, por favor — susurra.

— Aquí estoy — susurro apretando su mano con delicadeza.

Trago saliva, escucho un pequeño sollozo, la imagen de Lando se desvanece poco a poco dándole paso a la oscuridad de nuevo.

— ¿Lando? — pregunto, exaltada — No te vallas, por favor...

No hay respuesta de su parte, aprieto mi mano una vez más pero ya no siento la suya.

— ¿Sam? — escucho de nuevo su voz, pero esta vez no lo veo, frunzo el ceño, la oscuridad se va poco a poco, siento como mi cuerpo reacciona al movimiento, la garganta la tengo seca, trago saliva, puedo mover mis manos otra vez.

Los párpados me pesan pero hago el esfuerzo por abrirlos, la luz me da directamente a la cara, es muy intensa así que los cierro de nuevo y vuelvo a intentarlo, esta vez, lo consigo.

—¿Lan...do? — pregunta arrastrando las palabras, siento la lengua adormecida.

— Estoy aquí — responde en un susurro — estoy aquí, nena.

Me acostumbro a la luz y por fin lo veo, está a mi lado, su cabello está revuelto, tiene unas grandes ojeras debajo de sus ojos, se nota cansado.

— ¿Cómo te sientes? — pregunta aun sujetando mi mano.

— Tengo sed — respondo con la voz rasposa, Lando suelta mi mano para ir por la jarra que está a un lado de la cama y servirme un vaso de agua para que pueda beberla con cuidado — gracias.

— Iré por el doctor, regreso en un momento — responde, me da un último vistazo antes de salir de la habitación, el cuerpo me pesa demasiado ¿cuánto tiempo estuve dormida? ¿Dónde estoy? No tarda mucho para que Lando regrese con compañía.

— Qué bueno que despiertas, Sam ¿Cómo te sientes? Soy el doctor Wilson — dice acercándose a mí, así que estoy en el hospital.

— Cómo si un elefante hubiera pasado sobre mi — respondo sincera, el doctor saca una linterna y me la coloca sobre los ojos intercalando la luz para que la siga.

— Estás reaccionando muy bien, te daré unos analgésicos para el dolor ¿De acuerdo? — pregunta dándome una sonrisa.

— De acuerdo — afirmó.

— Estás fuera de peligro, Sam — responde amable antes de que el cansancio pueda más que yo y vuelva a quedarme dormida.

[.....]

Amor a Distancia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora