CAP.52. Una pesadilla para recordar

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Sam

— ¿Estas esperando un bebé de mi hermano? — pregunta, mi corazón este acelerado y los nervios me atacan, no puedes mentir, Sam.

— Si... — susurro en tono bajo — lo estoy.

— ¿Qué? — pregunta soltando el frasco al piso — ¿Estas jugando, verdad?

— No — aseguro — no jugaría con algo así...

— Sam — dice acercándose a mí y rodeándome con sus brazos — ¡No puedo creerlo!

— Lo siento tanto, Flor — respondo derramando una lágrima y abrazándola de vuelta buscando protección en ella.

— ¿Pero qué dices? — se separa de mi para verme a los ojos — ¡Es la mejor noticia de todas! — sonríe — ¿Mi hermano ya lo sabe?

— No estoy lista para decirle aún ... — respondo.

— Sam ...

— Prométeme que tú tampoco le dirás nada a nadie.

— Joder, claro que no lo diré, pero no puedes esconderlo por mucho tiempo, se comenzará a notar — responde poniendo su mano en mi vientre con felicidad.

— Lo sé, estaba pensando decírselo estos días pero con lo que ha pasado, prefiero esperar un poco más.

—Pero se lo dirás ¿No?

— Claro que si le diré, Flor, tiene derecho a saberlo, pero tengo miedo de como lo tomará— digo con sinceridad — ¿Y si no lo quiere? ¿Y si me deja por qué no fue planeado?

— Él no haría algo como eso, conozco muy bien a mi hermano y sé que amará a ese bebé tanto como te ama a ti — responde dándome un abrazo otra vez — se volverá loco, claro que lo hará, pero será feliz, por qué ese bebé es contigo.

— Flor...

— Una vez hablamos de ello ¿Sabes? Me dijo que si un día tenía un bebé contigo, sería el más afortunado, estaría todo el tiempo a tu cuidado y no lo dudo que así será — lloro con más intensidad separándome de ella.

— Gracias, Flor — respondo — gracias por esto.

— ¡Seré tía otra vez! — responde emocionada — ¿Dónde nacerá, en Londres o México?

— Flor...

— Puede tener ambas nacionalidades, así como nosotros — murmura — será británico pero también mexicano.

— Flor.

— También ¿Cómo se llamará? Tengo varios nombres por si es ni...

—¡Flor! — llamo su atención.

— ¡¿Qué?!

— Tendremos mucho tiempo para pensar su nacionalidad y también su nombre — sonrió — tranquila.

— Lo siento — deja escapar una bocarada de aire.

— Ahora lo importante es que nadie se entere ¿De acuerdo? — vuelvo a mi maleta.

— De acuerdo — asegura — ¿Qué creas que sea?

— Sea niño o niña, lo amare con todo mi ser — respondo ahora colocando una mano sobre mi vientre, seguimos guardando las cosas en mis maletas charlando un poco más, cuando terminamos bajamos al lobby donde me despido de ella y de su familia quienes aún nos esperan para abrazarme otra vez.

Ha Lando ya no lo vi más por ningún lado, seguramente ya ha partido al circuito concentrado en su carrera, camino al auto que espera por mi para llevarme al aeropuerto de vuelta a casa.

Amor a Distancia (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora