Dedicado a la verdadera Cristal, "M", gracias por tu apoyo.
Sam
— Es raro verte a través de este cosa — menciona dándome una sonrisa.
Sonrió como idiota cuando la cámara lo enfoca al fin, la señal no ha sido buena desde que decidimos hacer una videollamada para poder vernos, pero quisimos hacer el intento, se acomoda el pelo rebelde que cae por su frente, tiene puesto una sudadera blanca con la capucha sobre su cabeza y sobre su rostro, lentes, no sabía qué que los usaba, pero le quedan muy bien.
— ¿Todo en orden? — vuelve a preguntar regresándome a la realidad, coloco un mechón detrás de mi oreja, que vergüenza.
— Lo siento, estoy un poco distraída ¿Decías? — pregunto de nuevo.
— Qué es raro verte a través de esta cosa — repite sonriendo — Así no puedo ver tus arrugas bien.
— ¡Oye! — protesto — el viejo aquí eres tú, te está fallando la vista por lo que veo ¿Usas anteojos?
— No estoy viejo — se defiende — te llevo al caso ¿Dos años? Eso no es nada.
— No responde a mi pregunta — ironizo.
— Los uso para descanso — se encoje de hombros — ¿Algo más qué la señorita quiera saber?
— Todas están resultas, señor — respondo — ¿Qué tal Brasil?
— Interesante — coloca mejor sus anteojos sobre su nariz — es la primera vez que vengo aquí.
— ¿No conoces Brasil? — pregunto extrañada.
— ¿Tú, sí? — pregunta de vuelta.
— Claro que no, pero me extraña qué no conozca ciertos países que son importantes para el calendario.
— No mentía cuando dije que nadie me conoce, Sam — se encoje de hombros otra vez — la categoría en la que corría antes, solo se limitaba a ciertos circuitos urbanos en Inglaterra.
— Vaya, eso no lo sabía — sonríe divertido, lo qué también me hace sonríe — necesito que me enseñes todo eso, no estoy muy informada sobre las categorías menores.
— Bueno, ahora debes hacerlo — responde con seriedad — tenemos un trato.
— Cumplo mis promesas, Norris — me cruzo de brazos.
— Eso ya lo veremos — suelta una carcajada.
Seguimos conversando por varias horas más, sus intentos de hablar español eran malísimas pero me hacían reír bastante, miro el reloj sobre mi buro, marca más de las diez, eso significa que en Brasil pase más de la media noche.
— Lando me encantaría seguir platicando contigo, pero de verdad tienes que dormir, me imagino que debes tener jet lag por los cambios de horarios.
— No te llevaré la contraria por qué claramente estoy cansado, pero eso no quiere decir qué te libraras de mí.
— Claro — ironizo — estaré impaciente por recibir un mensaje tuyo.
— Claro que lo harás — me guiña un ojo — descansa, Margarita.
— Fue una pésima idea decirte mi segundo nombre ¿Lo superarás?
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Amor a Distancia (Libro 1)
Genç KurguSamantha Melgara es una chica mexicana apasionada por el deporte de la Fórmula 1, junto a su hermano han crecido viendo los autos correr. Su mayor sueño es ir a un gran premio de la ciudad de México y eso pronto se hará realidad, no obstante ella no...