Lando
Una semana después.
Miro el reloj en la pared cuando este llega al doce, ciento sesenta y ocho horas — una semana — cumplida sin ninguna respuesta de Sam.
Una semana en que vi como aquel auto la arroyaba dejándola donde está ahora, en una cama con la posibilidad de que tarde días, semanas o incluso, años en despertar.
Pero sobre todo, una semana en la cual no he podido decirle la verdadera razón por la qué Amber se encontraba ahí esa noche, jamás estaría con alguien más teniendo a Sam a mi lado, jamás se me pasó por la cabeza poder compartir mis momentos más íntimos, si no era con ella.
Mi error fue sentir lastima por alguien que no valía la pena y que tomara venganza por la única persona que de verdad me importaba, Sam llevaba una semana en coma peleándose la vida por mi culpa.
Ha sido una semana de mierda en la que no me he movido para nada de este lugar en espera de que sus hermosos ojos se habrán y me miren con amor como siempre lo han hecho, no como la última vez que lo único que vi en ellos, fue decepción pura.
Una semana desde que me enteré de que tendríamos un bebé.
Un bebé.
Un bebé hecho con los más puros deseos y amor que nos tenemos.
Un bebé que no verá la sonrisa de su mamá por las mañanas al despertar.
Un bebé que ahora desde el cielo, nos verá seguir adelante dejándonos un trago amargo.
El recuerdo del momento en que recibí la noticia más desgarradora de todas, se repite constantemente en mi cabeza, esas simples palabras cambiaron mi mundo por completo, cambiaron mi forma de ver la vida.
— ¿Cómo está, doctor? — pregunto preocupado.
Han sido minutos o tal vez horas que han pasado desde que llegue, importándome muy poco si mi ropa esta mojada o si el dolor de cabeza es insoportable, solo espero una respuesta del estado de Sam.
— Lamento decirle que la señorita Melgara ha recibido múltiples golpes en el cuerpo incluyendo abdomen, costillas, piernas, una fractura en el brazo derecho y una contusión por el golpe que recibió en la cabeza causado por la caída — responde.
— ¿Qui...ere decir qué? — pregunto tratando de no entrar en shock.
— Qué ha perdido al bebé también, lo lamento.
El mundo se para por completo, lo miro perplejo y confundido, las manos comienzan a temblarme, la garganta a cerrarse.
¿Acaba de decir bebé?
—¿Qué dijo? — pregunto tratando de analizar sus palabras otra vez.
Golpes.
Fractura.
Contusión.
¿Bebé?
— La señorita Melgara tenía cinco semanas de embarazo, el golpe que recibió fue directamente en la parte baja abdominal por lo que el feto se desprendió provocando un aborto.
— ¿Está diciendo que mi novia...?
— Estaba embarazada — termina por mí, el cuerpo se me desestabiliza, no controlo el movimiento de mis manos, embarazada, Sam estaba embarazada — También lamento decirle que el golpe que recibió en la cabeza ha hecho que el cerebro se inflamará haciendo que por el bien de ella, este sedada.
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Amor a Distancia (Libro 1)
Teen FictionSamantha Melgara es una chica mexicana apasionada por el deporte de la Fórmula 1, junto a su hermano han crecido viendo los autos correr. Su mayor sueño es ir a un gran premio de la ciudad de México y eso pronto se hará realidad, no obstante ella no...