Amor a Distancia (Libro 1)

CAP 14. . Más que una simple caricia

Sam

El vestido se ha convertido en algo incómodo de usar, no me mal interpreten, me gusta muchísimo, pero comienza a hacer frío y la verdad quiero estar más cómoda.

Me siento sobre la cama colocando mis manos sobre mi cabeza y recapitulo lo que ha pasado está noche ¿Qué hice? Joder, de sólo recordar todo lo que he causado me da vergüenza verlo a la cara. Bailamos tan pegados como si la distancia no existiera entre nosotros, nos besamos para saciar aquella necesidad que nació desde el primer instante fue tan excitante que no podré olvidarlo jamás.

Y si todo eso no fuera para tanto, estoy aquí, en su habitación, esperando a qué salga del baño para poder cambiarme tranquilamente, me ofreció una de sus playeras y un pans para estar cómoda, sin duda ya no tengo descaro alguno con él, pero no quería estar aquí, insistió tanto que no le puede decir que no, ya bastante problemas he causado como para seguir complicándolo más.

—Sam — llama mi atención, volteo y lo miro parado sobre el umbral de la puerta, no se cuento tiempo lleva ahí, viéndome, pero me estremezco con su presencia.

—Perdón ¿Decías algo? —pregunto desconcertada.

—Qué ya puedes usar el baño — repite soltando una risa señalando la puerta a sus espaldas.

— Claro, gracias — respondo sonriendo, me paro y voy directo al baño pasado a su lado sin mirarlo, cierro la puerta atrás de mí y pego mi espalda a está soltando un suspiro pesado.

Restriego mi rostro con frustración caminando al espejo del lavamanos y me encuentro con una cara de pocos amigos, el maquillaje se me ha corrido, parezco un mapache con el rímel que tengo bajo los ojos ¿Así me vio? Ya veo por qué se burlaba de mí.

Me dedico a lavar mi cara quitando cualquier rastro de maquillaje en ella, ya que está limpia, prosigo con el vestido pero el cierre está en la parte de atrás pero este no coopera conmigo, no lo alcanzo o más bien, no logro bajarlo por completo ya qué esta atorado a la mitad.

Maldición ¿Qué hago ahora?

Pienso en posibles alternativas pero ninguna es buena, no quiero dañar el vestido que seguro costo mucho, tomo una respiración y con toda la dignidad posible que aún me queda, abro la puerta poco a poco y veo Lando recostado sobre la cabecera de la cama entretenido con su teléfono.

Me percato un poco en su vestimenta, lleva una playera de color gris que se ciñe a su torso y deja ver esos cuadrados que no aparenta para nada, hace juego con el pantalón de cuadros rojos con negro de pijama y su cabello es un complemento desastre, es como si alguien hubiera pasado sus manos por él y lo despeino a propósito.

—Lando...— digo en un tono bajo casi en un susurro haciendo que su mirada se centre en mí.

­­­­—Mmm — responde.

— ¿Podrías ayudarme con el cierre? Esta atorado —pregunto dándome la vuelta y recogiendo mi cabello que cubre la espalda.

Espero pacientemente a qué llegue a mí, juego con mis manos por el nerviosismo que causa cuando siento su calor corporal por detrás, coloca sus manos sobre la tela del vestido y desliza la cremallera hacia abajo dejando mi espalda descubierta.

Maldigo por dentro al no llevar brasier pero en mi defensa, el vestido no lo necesitaba y nunca creí estar en una situación como esta, siento como deja un beso al principio de mi espalda haciendo que mi piel se erice y suelte el aire contenido.

— No sabes cuanto he fantaseado con quitarte este vestido — susurra sobre mi oído — Y cuanto autocontrol he tenido.

Sus manos se deslizan de mis costillas hacia mis caderas atrayéndome hacia él sintiendo un gran bulto en mi espalda baja, joder, esta excitado.