Lando
— Sam, enserio tenemos que irnos — suspiro — ¡date prisa, llegaremos tarde!
— ¡Ya voy! — grita, le doy un vistazo a mi reloj y comienzo a desesperarme aún más, no quiero llegar tarde a la primera cena familiar de navidad que tengo con los Melgara, pero Samantha se empeña en tardar en arreglarse, no entiendo por qué tarda tanto, si con o sin maquillajes se ve hermosa.
— Nena, hablo enserió, tus padres nos mataran si no llegamos pronto, baja ya o yo mismo haré que bajes — cizañeo.
— Pero que escándalo estás haciendo — dice al pie de las escalares, volteo a verla con el ceño fruncido pero automáticamente desaparece y mi boca se abre.
Esta más que radiante en ese vestido azul eléctrico que se le pega a sus curvas y hace que sus pechos resalten, la abertura en su pierna hace que se vea más larga y suave.
Mi excitación aumenta al ver el pequeño ligero negro que se asoma por aquella abertura, tiene el pelo en un moño alto y mechones delgados que caen por su cara, su maquillaje es sencillo pero esta más que preciosa, solo ella sabe cómo verse jodidamente sexy y tierna al mismo tiempo.
— ¿Me veo bien? — pregunta a ver mi cara de fascinación, llega a mí y me sonríe.
— Estas más que preciosa, Sam — me inclinó a darle un roce de labios — ¿no crees que es demasiado?
— ¿Lo vez mal? — se da un vistazo — Sabes creo que tienes razón, está muy básico par..... — la interrumpo.
— No, no es eso lo que quería decir — tomo su mano — te miras sensacional para una cena familiar — deja escapar un suspiro.
— Créeme que eso intento, mi familia puede ser... un poco pesada, más mis primas.
— ¿No Abi es tu única prima? — preguntó enarcando una ceja.
— No, tengo dos más, Estefanía y Montserrat — suspira — con Montse me llevo muy bien pero con Estefanía... no es lo mismo.
— Deja adivino ¿Por un chico?
— Más bien por todo — voltea los ojos en blanco — Estefanía siempre ha querido todo lo que tengo — me da un apretón — Sabes mejor no hay que hablar de ella, me pondré de mal humor antes de llegar ¿No vamos?
— Si, llegamos tarde — miro mi reloj — confirmo, tu padre nos matará.
— No nos matara Lando, solo le diremos que demoré arreglándome — se encoje de hombros.
— Si claro "será muy creíble" — ahora soy yo el que voltea los ojos en blanco.
— Vamos señor "siempre llego puntual a todos lados y soy respetoso" — jala mi mano y me conduce a la puerta principal.
— Espera, olvido algo — digo al recordar que he dejado un pequeño regalo en la mesa de la sala principal, me dirijo a paso apresurado y cuando lo localizo, cojo el pequeño cofre de terciopelo color azul que contiene el regalo de navidad de Sam, ya que lo he guardo muy bien en mi bolsa regreso a donde espera mi bella novia — Listo, vámonos.
— ¿Todo bien? — pregunta enmarcando una ceja.
— Todo bien, nena — tomo su mentón y dejo un pequeño beso sobre sus labios.
Al salir de la casa y localizar el auto, no dirigimos a la casa de los abuelos de Sam, canturreo los dedos sobre el volante y no puedo evitar ponerme nervioso cada vez que veo que nos acercamos a nuestro destino.
— Si sigues así, llegaras sin manos a la cena — dice Sam con una sonrisita tras mi nerviosismo.
— No es gracioso Sam, toda tu familia estará ahí — respondo.
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Amor a Distancia (Libro 1)
Teen FictionSamantha Melgara es una chica mexicana apasionada por el deporte de la Fórmula 1, junto a su hermano han crecido viendo los autos correr. Su mayor sueño es ir a un gran premio de la ciudad de México y eso pronto se hará realidad, no obstante ella no...