💗: veinticuatro

707 113 47
                                    

—¡Papi!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Papi!

El chillido feliz del omega pelirrojo retumbó por el amplio y bonito jardín; la pareja Choi observó con una diminuta sonrisa el como NamJoon corría con felicidad al encuentro con su padre.

—No me habías dicho que invitarías a tu padre —murmuró TaeHyun a su pareja.

BeomGyu se encogió de hombros. —No pensé que vendría.

—Me alegra que lo hayas hecho —sonrió el mayor, su mirada llena de amor y calidez—. Después de todo, es tu padre.

—Y NamJoon lo ama —agregó el alfa.

El castaño lo codeó con gesto juguetón. —Tú también lo amas, alfa; es solo que eres muy orgulloso para admitirlo.

—Nunca lo he negado —sonrió BeomGyu, mientras observaba a su padre y hermano acercarse—. Después de todo, gracias a él soy lo que soy.

El matrimonio guardó silencio; TaeHyun había puesto una bonita mesa en medio del jardín, y con ayuda del personal de servicio la había decorado para llenarla de muchos bocadillos.

A él realmente le gustaba pasar tiempo de calidad en familia y amigos.

SeungHyun abrazaba por los hombros a su cachorro revoltoso; observando con una sonrisa sincera a su hijo mayor y omega, sabiendo que BeomGyu nunca estaría en un lugar más perfecto y acogedor como aquel que había escogido.

—Viniste —fue lo primero que dijo el menor al tener a su padre frente a él.

—Tu esposo me invitó —respondió con voz calmada.

—Es un placer recibirlo en nuestro hogar, señor SeungHyun —sonrió TaeHyun haciendo una leve reverencia que fue perfectamente correspondida por el mayor—. Por favor, siéntase como en su casa.

—Te lo agradezco mucho, TaeHyun —el alfa observó a su hijo mayor con un poco de anhelo—. Hijo...

BeomGyu le observó casi de inmediato. —¿Qué ocurre?

El mayor hizo una pequeña mueca con sus labios; sus azules ojos brillaban bajo el tenue sol de la mañana, mientras que sus cabellos rubios con un leve tinte del plateado de los años se mecía tranquilamente, como las suaves olas del mar que siempre van en sincronía con el viento.

—¿Puedo darte un abrazo?

La repentina interrogante con un toque de súplica logró sorprenderlo. En todos los años que lleva de vida, son contadas las veces que obtuvo una muestra de afecto de aquel hombre que tenía ante él, es por eso que BeomGyu no estuvo preparado para la ola de sentimientos que lo invadirían en lo profundo de su ser.

Su padre quería un abrazo; aquel abrazo que él también tanto había deseado.

Una perfecta y espléndida sonrisa cubrió el rostro del alfa menor; su sonrisa encantadorea que siempre servía de chantaje cuando era niño haciendo acto de presencia, mientras sus cálidos y fuertes brazos rodeaban el cuerpo de aquel hombre que había admirado por años.

Quiéreme Bonito | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora