PRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA: SINFONÍA DEL CORAZÓN💕
Después de la muerte de su madre y haber perdido su único trabajo por ser un "débil omega" SooBin debe salir de su zona de confort y dar frente a la vida con el único propósito de mantener a sus pe...
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YeonJun salió del auto e ingresó al lujoso edificio; pasó por recepción y tomó el ascensor marcando el piso 14, esperó en silencio y cuando finalmente salió al pasillo una sonrisa lobuna se pintó en sus facciones.
Se posicionó frente a la puerta conocida y tocó un par de veces, no tuvo que esperar mucho para que fuera abierta, revelando a una omega sumamente nerviosa.
-¡YeonJun! -Lia sonrió en grande, intentó abrazar al alfa pero éste rápidamente la esquivó con una mueca de completo desagrado.
-Lia -la sonrisa del alfa llenó de temor a la menor-. Es bueno verte.
Ella rió nerviosa, retrocedió un par de pasos y el alfa la siguió al interior del apartamento. La mirada de YeonJun era gélida, más la sonrisa que mostraba en su rostro pretendía ser amable, creando una extraña combinación que solamente le causó terror.
-¿Estás bien? -preguntó temerosa, su aroma agrio denotando la desconfianza.
El pelinegro cerró la puerta de entrada de una fuerte patada, ocasionando un chillido asustado en la omega.
-Estoy muy bien, pequeña alimaña -sonrió encantador y Lia quiso salir huyendo.
-N-no te creo... -sus pasos en reversa no se detenían-. T-te estás comportando extraño...
YeonJun seguía avanzando, como un cazador que acecha a la presa que tiene en la mira; el aroma del mayor estaba condensado en una furia que no pensaba ocultar por nada del mundo, provocando que Lia se sintiera ahogada.
-¿Qué dices? Estoy siendo amable -debatió el alfa.
Ella negó de manera frenética. -Estás siendo cruel.
-Créeme que aún no empiezo a ser cruel -gruñó amenazante-. Así que mejor empieza a explicarte -se acercó más y Lia quiso desaparecer-. ¿De verdad creíste que tu estupidez podría hacer que dejara de amar a mi omega?
La menor fingió sorpresa. -No se de que hablas.
-¡No mientras! -el gruñido del mayor la hizo temblar.
-¡Te digo la verdad! -sollozó.
El pelinegro ladeó la cabeza, sus ojos negándose a aceptar que aquella mujer a la cual conocía desde que eran niños fuese una completa desquiciada.
Sin embargo; lo era, y afortunadamente lo descubrió a tiempo.
-Tengo el placer de informarte que tu maravilloso plan salió de la mierda -sonrió triunfador-. Es cierto que sembraste dudas, pero no hubo ningún ápice de cambio en el amor que SooBin y yo sentimos por el otro.
Lia empezó a negar. -No, ustedes ya no están juntos.
-Te equivocas -informó con tono confidente-. Nunca nos separamos porque no importa lo que el mundo entero haga, nosotros nacimos para estar juntos y así será siempre.
