💗: sesenta y siete

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El mundo se detuvo a su alrededor. De repente, perdió consciencia de todo; del ruido de los autos que se escuchaban a la lejanía, de la voz de la señora Lee en el pasillo, del alfa que a pocos metros le veía con preocupación... incluso de sí mismo.

“Tu padre está aquí, y desea verte”

¿Cuántas veces soñó con ese momento? Incluso ha perdido la cuenta; lo único que SooBin quiere terminar de procesar es que hay un hombre que lleva su sangre, que le ha buscado y que al parecer... le ha encontrado.

Pero es tan difícil, todos esos años estuvo bien con un recuerdo que nunca existió en primer lugar. La imagen del hombre es borrosa en su mente, trató de imaginarla dibujar con sus dedos cada uno de los trazos que le ayudasen a mantenerlo presente, más los golpes que la vida le vino dando contribuyeron para que dejara su dibujo en el olvido, y, en consecuencia, olvidarse de terminar su lienzo de memorias.

Que le digan que aquel hombre desconocido y anhelado le ha estado buscando es como una cura para el alma... hay tantas cosas que desea preguntarle, porque no existen reclamos formados en su mente gracias a su madre.

“No le di la oportunidad a tu padre para que te conociera, mi amor. Si algún día el destino los reúne, recíbelo con los brazos abiertos y no le juzgues, porque estoy segura que él te amará desde el primer momento que sepa existes”

Cerró los ojos al rememorar las palabras de su madre en la única ocasión en la que SooBin se había atrevido a preguntar por su padre.

Y entonces el miedo lo invade porque sabe que el momento ha llegado. No se siente listo, hace mucho tiempo que dejó de estarlo; sin embargo, no puede retroceder porque no es algo que esté en sus manos.

—SooBin —parpadea un par de veces y finalmente mira a YeonJun quién luce preocupado—. ¿Estás bien, cachorro?

—¿Está aquí? —fue la única pregunta que logró salir de los labios del menor.

Afortunadamente, YeonJun comprendió a lo que se refería.

—Sí, bebé —se posicionó frente al omega y acarició los hombros tensos para calmarle un poco—. Toma todo el tiempo que necesites, él esperará.

SooBin abrazó al mayor en busca de apoyo, YeonJun no se quejó en ningún momento y devolvió el contacto con todos los sentimientos que estaba sintiendo; permitió que su lobo expulsara su tranquilo aroma para que su omega se sintiera reconfortado y protegido, sabiendo que aquello era lo único que podía hacer en esos momentos.

—T-tengo miedo —pudo susurrar en medio de la espesa bruma de sentimientos que le estaban atacando.

YeonJun lo sostuvo más fuerte porque podía entender toda la batalla que su pequeño estaba librando solo. Toda una vida sin la imagen paternal, y que ahora de la nada haya un hombre que quiera tomar un lugar que ha permanecido vacío por tantos años es simplemente difícil de poder asimilar.

Quiéreme Bonito | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora