—¿Me estás siguiendo mocoso? —fue la pregunta de un furioso alfa.
La mueca burlona del rubio solo le causaba irritación, el chiquillo insolente había olvidado su molestia inicial y ahora solo le veía con diversión ¿Qué le pasaba? Nada de aquella situación era divertido.
—¿Yo? —se apuntó a sí mismo luciendo inocente—. No señor, seguir ancianos no está en mis hobbies.
Una vena palpitó en la frente del pelinegro. —¿Podrías dejar de llamarme anciano? —gruñó colérico.
El omega parpadeó rápidamente haciendo ojitos adorables; ladeó su cabeza frunciendo el ceño en una confusión que el alfa no creía. El mocoso sabía muy bien que estaba jugando con su paciencia, y para su mayor irritación aquello le estaba gustando más de lo que debería al enano malcriado.
—Pero si eres un anciano —debatió con un puchero naciendo de sus pomposos labios, llevó uno de sus deditos a la frente fruncida del mayor y golpeó con algo de rudeza—. ¿Lo ves? Hasta arrugas tienes.
YeonJun le dio un manotazo para no seguir sintiendo aquel tacto. —No me toques —demandó con fastidio observando con disgusto el pequeño cuerpo que tenía frente a él—. ¿Qué haces aquí? ¿Sabías que es propiedad privada? Puedes tener serios problemas con la ley si te descubren husmeando como una rata.
Bien, eso ya no era divertido para el omega.
La mirada del pequeño se endureció en el mismo instante que aquellas palabras habían tomado sentido en su mente, su rostro se deformó en molestia ante las acusaciones absurdas que aquel estirado alfa le estaba dando; ¿Con que derecho lo hacía? Según tenía entendido aquella casa no pertenecía al anciano sino al señor Choi, entonces ¿Qué tanto hablaba aquel baboso?
—¿Esta casa es tuya? —preguntó con todo el irrespeto que podía, alzando el mentón en una postura arrogante.
YeonJun alzó una ceja. —No, pero-
—Entonces lo que tú digas u opines no me importa —interrumpió el chiquillo con insolencia.
El alfa se quedó observándolo detenidamente, percatándose hasta en ese momento que el mocoso tenía unos profundos ojos azules que desbordaban inocencia, haciéndolos ver aún más hermosos; también pudo ver dolor en ellos y quizá un poco de miedo. Se sorprendió al saber que había podido descubrir aquellas emociones con suma facilidad, y creyó fielmente que solo se necesitaba verle a los ojos para saber lo que realmente sentía.
No es que se haya perdido en aquella mirada.
Por supuesto que no.
Carraspeó incómodo. —Como sea, esta propiedad pertenece a un gran amigo y no te ofendas, pero no te ves del tipo de persona que BeomGyu frecuentaría —un atisbo de sonrisa quiso nacer de sus labios cuando observó el ceño fruncido del menor—. Así que no veo motivo lógico para que estés aquí.
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Quiéreme Bonito | Yeonbin
RomancePRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA: SINFONÍA DEL CORAZÓN💕 Después de la muerte de su madre y haber perdido su único trabajo por ser un "débil omega" SooBin debe salir de su zona de confort y dar frente a la vida con el único propósito de mantener a sus pe...