💗: treinta y tres

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Los días siguientes fueron un tanto extraños

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Los días siguientes fueron un tanto extraños.

SooBin llegaba a trabajar a la hora establecida, más el alfa no se encontraba en la mansión; los primeros días le había parecido extraño, pero ahora se comenzaba a acostumbrar a la ausencia del mayor.

Sin embargo, hubo algunos cambios que sí lograron desconcertarlo.

Desde hace dos semanas aproximadamente que YeonJun le había comunicado a través de la señora Lee que las meriendas que él personalmente se encargaba de llevarle a la empresa ya no serían necesarias.

Al principio quiso objetar, pero ese mismo día la señora Choi se había encargado de tranquilizarle al comunicarle que YeonJun seguiría tomando de manera adecuada sus comidas; pero que no era necesario que el omega llegara hasta la empresa para llevársela.

Entonces, SooBin se encargaba de preparar cada platillo para luego entregárselo a Jackson, quien era el nuevo encargado de llevarlo hasta las empresas Choi, donde YeonJun estaría esperando.

Y quizá todo era más tranquilo y sencillo. Sin embargo, esos pequeños cambios habían ocasionado un pequeño dolor en el rubiecito al saber lo que aquello significaba.

Choi YeonJun lo estaba evitando.

Lo había descubierto porque cuando el alfa llegaba de su trabajo corría a encerrarse en su estudio o habitación y no salía de ahí hasta que estuviera seguro que SooBin se había ido.

El omega lo había comprobado una tarde que había fingido irse para luego ocultarse tras los muros exteriores, comprobando que su teoría era cierta cuando el alfa salió a los instantes, paseándose por toda la casa con toda la tranquilidad del mundo.

Entonces decidió respetar la decisión del mayor; limitándose solamente a cumplir con su trabajo, sin encuentros o palabras de por medio.

Y hubiese resultado bien, de verdad que sí; pero justamente era ahí donde entraba en juego el otro suceso extraño que le revolvía los pensamientos.

Todos los días sin falta el alfa dejaba un obsequio para él.

Ya sean dulces, flores o algún poema escrito a mano; el caso es, que SooBin siempre encontraba un pequeño y bonito regalo todos los días al entrar a trabajar.

Y entonces, entraba en conflicto.

Por un lado sentía aquellas mariposas revolotear con fuerza en su interior cada vez que sus ojos veían un nuevo detalle dedicado a él; pero, por otra parte sentía mucha irritación y molestia por lo esquivo que podía llegar a ser el alfa cuando se lo proponía.

¿Qué clase de juego era ese?

"Quizá te esté cortejando"

Las palabras de HyunA invadieron su mente, provocando que un sonrojo cubriera su rostro, ¿Sería posible?, entonces, ¿Por qué lo evitaba?

Quiéreme Bonito | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora