💗: ochenta y tres

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SooBin se encontraba completamente nervioso. Faltaba menos de una hora para que YeonJun fuera a verlo, y él a duras penas se había dado un baño.

No sabe cuándo, ni cómo; pero el tiempo se le había pasado volando.

Con él estaba Hyuna, NamJoon y un aburrido TaeHyun que cargaba a un mimoso cachorro que se rehusaba a dormir. El rubiecito está seguro que el pequeño disfrutaba de ver su sufrimiento.

Llevaba diez minutos tratando de mudarse y así estar medianamente presentable, ¡Pero tampoco podía hacer eso! Hyuna y NamJoon se habían tomado muy en serio la decisión del conjunto que usaría; y, para desgracia de SooBin, ambos difieren en gustos.

—Sigo pensando que el rojo es muy llamativo —discutió la omega con una mueca analítica, observando con rechazo el conjunto rojo que NamJoon había propuesto—. Es muy... ofrecido.

—¿Ofrecido? —inquirió SooBin, sin entender.

La pelinegra asintió, tomando entre sus manos el conjunto para mostrarlo en alto y que los demás le vieran de manera detallada.

—Esto grita “fóllame” con fuerza —aseguró.

SooBin se sonrojó de manera furiosa, Jin rió divertido y NamJoon empezó a negar de manera aterrorizada.

—¡Descartado! —gritó el pelirrojo, corriendo hacia el armario y tomando otro conjunto de color rosa pastel—. ¿Qué tal éste?

Hyuna lo miró por unos segundos y luego negó. —SooBin no es ningún quinceañero.

El rubiecito suspiró para luego sentarse en la cama con una mueca de resignación. A su lado TaeHyun cargaba al bebé mientras le miraba con diversión.

—Parece que han olvidado que SooBin es el que tendrá la cita —comentó el mayor, meciendo a su cachorro para que se durmiera.

Hyuna y NamJoon rodaron los ojos, la primera corrió hacia el armario y tomó un conjunto blanco con pequeños detalles en negro, que le pareció encantador.

—¿Qué tal éste? —dijo, esperando una afirmativa.

NamJoon negó. —¡Parece un conjunto de bodas barato!

Irene, quién asomaba la cabeza por la puerta al haber escuchado tanto escándalo, formó una mueca ofendida por el comentario de su hijo.

—¡NamJoon! —chilló—. ¡No digas tales bajezas de mis diseños!

El pelirrojo sonrió con inocencia hacia su madre. —Lo siento, mami.

SooBin corrió hacia la mayor, mirándola como su salvación; estaba bastante seguro que NamJoon y Hyuna tenían la suficiente energía para seguir discutiendo de conjuntos durante toda la noche, y él tenía el tiempo contado; así que, la única que podría ayudarle en aquellos momentos, era Irene.

Quiéreme Bonito | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora