💗: cincuenta y dos

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Era su último día en el trabajo y TaeHyun quería preparar una pequeña sorpresa para sus pequeños; llevaba dos semanas en la planificación, y por fin podría llevarla a cabo gracias a la ayuda generosa de sus suegros

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Era su último día en el trabajo y TaeHyun quería preparar una pequeña sorpresa para sus pequeños; llevaba dos semanas en la planificación, y por fin podría llevarla a cabo gracias a la ayuda generosa de sus suegros.

Irene había estado muy ocupada con la preparación de los dulces y SeungHyun se encargó personalmente de comprar los juguetes que en esos momentos ocupaba el gran mesón del salón de clases.

Todo estaba listo, solo faltaba la llegada de los pequeñines que todos los días alegraban su corazón.

Se sentó en el cómodo asiento y soltó un suspiro pesado; la idea de dejar su trabajo no le agradaba en lo absoluto, más sabía que era lo mejor considerando su estado avanzando de embarazo.

—Ya pronto estarás en mis brazos, pequeñín —susurró, acariciando con cariño su enorme panza de ocho meses.

Todos esos meses habían sido difíciles; hubieron ciertos factores que complicaron su embarazo, pero su médico le dijo que si tomaba las medidas necesarias no tendría gran problema; por supuesto que, la cesárea era un asunto indiscutible.

La cita ya estaba programa para la segunda semana del mes entrante, y TaeHyun todavía esperaba el momento en el que entraría en pánico.

Soltó una risita al recordar la histeria en la que su esposo había estado sumergido durante todos esos meses. BeomGyu fue y es el alfa perfecto, tomándose en serio cada antojo que sufría y cayendo en un trance profundo de desesperación cada vez que el cachorro se movía dentro de su panza; el omega realmente le sorprende el hecho de que su alfa permanezca cuerdo a estas alturas del camino.

Aunque lo agradece; sabe perfectamente que nunca podría sobrevivir el camino de la paternidad sin ir de la mano de su amoroso esposo.

—Te perdiste.

Sonríe al escuchar la voz del alfa, su mirada se fija en el cuerpo alto y fornido de su esposo, quien le observa con una bonita sonrisa mientras permanece de pie en la puerta.

El mayor hace el intento de ponerse en pie por sí mismo pero es inútil, BeomGyu ha caminado rápidamente hacia donde se encuentra y lo ayuda con devoción.

—Gracias —le regala una sonrisa y luego un beso es depositado en el alfa risueño.

El peligris le suelta y camina alrededor del aula de clases; hay una gran mesa adornada con hermosos listones de colores vistosos donde reposan dulces de todos tipos y tamaños; y del otro lado una montaña repleta de juguetes que quiere tocar, más sabe que no es conveniente.

—¿Qué te parece? —preguntó TaeHyun abrazando a como le es posible la cintura del alfa.

—Todo luce muy hermoso —halaga el menor, sonriéndole con cariño al omega—. Te has esforzado mucho, amor.

—No lo hice solo —comunicó el castaño—, tus padres me ayudaron.

BeomGyu se tensó y permaneció en silencio por un buen rato.

Quiéreme Bonito | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora