💗: cuarenta y tres

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SooBin entendía muy poco de lo que estaba pasando

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SooBin entendía muy poco de lo que estaba pasando.

Lo único que su cabeza logró captar a tiempo fue cuando un enfurecido pelinegro le tomó del brazo para tirar de él con fuerza; ahora ambos caminaban hacia la salida de aquel restaurante, siendo seguidos por un molesto peliblanco.

YeonJun muy en el fondo sabía que esa no había sido una táctica muy inteligente; tan solo hizo lo que sus instintos gritaban con fuerza, y eso era alejar al omega de aquel cebolludo que ya le estaba cayendo como rocas de diez kilos en el hígado.

—Hyung, suélteme —pedía SooBin entre las audibles maldiciones y gruñidos que el mayor iba soltando.

Pero el alfa no obedecería, peor aún al saber que el estúpido de GeunSuk lo iba siguiendo.

—¡Hey! —gritó la escoria, YeonJun se detuvo y le miró con ferocidad—. Te ha dicho que lo sueltes.

El pelinegro rió sarcástico encarando al menor; más en ningún momento soltaría a SooBin.

Ni de puta broma.

—¿Tú te detuviste cuando intentaste besarlo? —preguntó YeonJun, sintiendo la molestia fluir por sus venas.

La mirada de GeunSuk recorrió a SooBin, una sonrisa de suficiencia formándose en sus labios.

—Él quería que lo besara —aseguró, provocando que SooBin negara de manera furiosa.

YeonJun posicionó una mano en la cintura del omega, el agarre firme y posesivo el cual provocó un gruñido descontento en el otro alfa.

—Mientes —la seguridad en las palabras del pelinegro era aplastante—. SooBin no quería ser besado; a leguas se notaba la incomodidad que sentía y eso no te importó —estrechó la mirada, podía sentir la ira de su lobo burbujear en la superficie—. Eres una basura que no sabe parar cuando alguien dice no, un niñato que no tiene idea de como tratar a un omega —una sonrisa burlona se formó en los finos labios, YeonJun ladeó la cabeza—. ¿Y aún así te haces llamar alfa?

GeunSuk estaba que explotaba de toda la rabia que estaba sintiendo; todo estaba marchando como él quería, tenía a SooBin donde lo planeó y solo bastaron de pocos segundos para que pudiera dar el primer paso de lo que tenía planeado. Pero claro, debió suponer que Choi YeonJun no se quedaría tranquilo; desde el momento que el alfa le advirtió que se alejara del rubio debió saber que algo así pasaría. Sin embargo, se confió porque nunca imaginó que aquel hombre que ahora tenía frente a él sosteniendo al omega que deseaba con ansias se interpusiera de tal manera.

Y sabía que YeonJun sería un gran y poderoso estorbo que siempre trataría de joderle los planes.

—No tenías ningún derecho de intervenir —respondió con aparente tranquilidad—. La cita era con SooBin, no contigo; así que te agradecería que te fueras por donde viniste.

Quiéreme Bonito | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora