PRIMER LIBRO DE LA BILOGÍA: SINFONÍA DEL CORAZÓN💕
Después de la muerte de su madre y haber perdido su único trabajo por ser un "débil omega" SooBin debe salir de su zona de confort y dar frente a la vida con el único propósito de mantener a sus pe...
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YeonJun no era tonto.
A medida que los días iban pasando notó cierto comportamiento extraño en cada uno de los trabajadores en su empresa; los cuchicheos aumentaron con las excesivas reuniones en la cafetería, dándole mala espina al alfa, sobretodo al notar algo en particular.
Cada vez que SooBin llegaba a la empresa todos los ojos caían en su persona. Las emociones reflejadas eran muy cambiantes, había unos que le veían con la misma curiosidad inicial, otros le regalaban sonrisas amables y miradas de ternura; sin embargo, estaban aquellos que le observaban con profundo desprecio, en sus ojos estaba pintando el rechazo y eso era algo que YeonJun no estaba dispuesto a tolerar.
Por supuesto que era consciente de su humor de perros y actitud posesiva cada vez que el pequeño rubiecito era sometido al agrio escrutinio de sus trabajadores, sobretodo en los modelos que cumplían con sus funciones, y los cuales en un pasado tuvieron una aventura con el alfa.
Bufó con cansancio, habían pasado dos semanas desde que su cortejo dió inicio y ya había tenido cuatro reclamos de hombres y mujeres que no entendían del todo la decisión que había tomado.
Ser exclusivo, y pertenecer enteramente a Choi SooBin.
La sensación era gratificante porque sabía que lo estaba haciendo bien. No se molestó en ocultar lo que sentía por el pequeño porque lo menos que quería era que SooBin se sintiera rechazado o que fuese visto como uno más, un secreto sucio que moría en las paredes de su oficina.
No; YeonJun quería darle solo lo mejor, un lugar que anteriormente nadie había ocupado porque desde un principio perteneció al chiquillo malcriado que lo tenía tan embobado hasta el punto de querer tenerlo entre sus brazos y nunca soltarlo.
La imagen del empresario con rostro de hierro había sufrido tal cambio que era completamente normal todos los rumores que se expandieron como arena en el desierto.
"El señor Choi está muy pegado al bonito rubio que lo visita todos los días"
"Dicen que le está cortejando"
"Ese pequeñín será el que ponga en su lugar al omeguero del jefe"
"¿Han visto la cara de Jae? Está que se muere de los celos"
"Dicen que mandó a volar a Lia apenas el pequeño le dió el sí"
"La verdad que no creo que vaya en serio, el señor Choi nunca es serio"
"Quizá solo busque aprovecharse de la fortuna del jefe"
"A mí me parecen adorables, los ojos del señor Choi cambian cuando ve al omega"
"¿No creen que está un poco viejo para el omega?"
Esos y muchos más eran los rumores que corrían por cada una de las oficinas del imponente edificio. Si YeonJun era sincero consigo mismo, nunca pensó que su personal tuviese el tiempo como para preocuparse por su vida privada; aunque no le importaba, con tal que cumplieran con eficacia en su trabajo y no se metieran más de lo permitido, todo estaría bien.
