💗: cincuenta y seis

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Cuando SeokJin abrió la puerta de su departamento, jamás imaginó ver a su omega tan desecho

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Cuando SeokJin abrió la puerta de su departamento, jamás imaginó ver a su omega tan desecho. NamJoon lloraba de manera inconsolable, luciendo tan frágil y pequeño que un sentimiento de pesadez creció en su interior hasta inundar su estómago.

—nam... —no sabía que decir, ver a su pareja de aquella manera le había sorprendido más de lo que esperó.

El mencionado sorbió la nariz. —¿P-puedo pasar?

El alfa se hizo a un lado para que el menor ingresara. NamJoon se abrazó a si mismo sintiendo el reconfortante cambio del clima, el departamento de su alfa era cálido a diferencia del frío del exterior al que se había expuesto en las últimas horas.

SeokJin lo invitó a sentarse en uno de los cómodos sillones y corrió a la cocina en busca de una taza de leche tibia con galletas; sabía que su omega estaba triste y lo único en lo que su mente podía pensar era en cuidarlo para hacerle saber que ahí estaba con él y que siempre podría confiarle cada una de sus penas.

Regresó con el alimento cuidadosamente colocado en una pequeña bandeja, lo dejó en la mesa frente a ellos y se sentó al lado del sollozante pelirrojo; una gran angustia crecía en el pecho del castaño, en lo que llevaba de conocer a NamJoon nunca lo había visto tan desolado, todo el tiempo recibió sonrisas, coqueteos y bromas; pero el alfa sabía que detrás de todo eso, existía un pequeño ser frágil que necesitaba de consuelo.

Lo atrajo a sus brazos para envolverlo en un fuerte abrazo; el cuerpo del omega tembló con fuerza ante el cálido contacto, y lo único que se le ocurrió al alfa fue soltar su aroma con fuerza. El mayor tomó profundas y pesadas inhalaciones, cerró sus ojos sintiendo como su omega lograba tranquilizarse ante la seguridad que el chocolate, naranja y lilas le ofrecían; mientras que el alfa permanecía sereno, en un apoyo constante y silencioso respetando a su pareja y esperando con paciencia a que estuviese listo para hablar.

—Hablé con mi padre —empezó NamJoon, aún permanecía oculto en el pecho del menor pero no fue impedimento para ser escuchado.

—¿No aceptó lo nuestro? —preguntó, temeroso de que el comportamiento del omega fuese debido a una especie de despedida.

Por reflejo apretó el agarre entre sus brazos.

—Todo lo contrario; papá estaba bien con que tenga una pareja, siempre y cuando sea feliz.

—Entonces —murmuró NamJoon con confusión—. ¿Cual es el problema, cariño?

Un nuevo sollozo alertó al alfa, NamJoon había vuelto a llorar.

—Mi padre me confesó cosas de su pasado que realmente son difíciles de procesar —respondió con un hipido.

El castaño besó la cabellera de su amado con cariño. —¿Quieres compartirlo? Quizá así te sientas mejor.

NamJoon consideró las palabras de su alfa y supo que tenía razón; se enderezó en su lugar para poder ver el rostro de su pareja mientras le compartía la información que su padre le había dado. Decidió desahogarse y contarle todo; desde el origen del matrimonio de sus padres, la infidelidad y el triste final de dos almas destinadas que no pudieron permanecer juntas; también le contó acerca del descubrimiento de un nuevo hermano, confiándole el nombre y motivos por el cual NamJoon aún no podía acercarse.

Quiéreme Bonito | YeonbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora