6 de febrero
Juego con mi teléfono móvil debatiendo entre sí debo apretar la tecla verde o no. Hoy hace una semana que hablé con Dan en el supermercado y mi mente dice que debo llamarlo. Estos últimos días todos parecen darme indirecticas para recordarme lo sola que estoy, apenas falta una semana para San Valentín y todos mis compañeros tienen planes. No es que quiera un novio, pero no quiero pasar ese día sola y llamar a un viejo amigo para enrollarnos en el sofá no parece mala idea, de hecho es eso o quedarme haciendo los deberes de matemáticas.
Quizás podría quedar con él solo para charlar, jurarme a mí misma que no vamos a volver a besarnos por muy convincente que sea su sonrisa.
Si fuese por mí, quedaría con Corban y otros amigos para ir al cine o algo por el estilo, ya que Ianthe tiene una cita; pero tiene entreno de quidditch y no puede faltar, se están preparando para un partido importante.
Así que eso me deja sentada en el sofá de mi casa, en pijama, con las migas de lo que era mi pa amb tomàquet del desayuno, preguntándome si debo llamar a Dan.
Lanzo mi móvil al sillón y envío mis pensamientos a la basura. Llevamos muchos meses tranquilos, no hace falta complicar las cosas de nuevo.
—Circe, arréglate o vas a llegar tarde —me recuerda desde la cocina.
—Ya voy —digo resignada.
En el baño me desnudo y hago toda mi rutina de aseo. Me visto con unos vaqueros negros, una camiseta de manga larga blanca y unas deportivas también blancas.
Arreglo un poco mi pelo antes de tapar mis pecas con corrector y evitar más burlas sobre ellas. Una vez estoy lista, me pongo el abrigo rojo que cuelga del armario, mi mochila y beso la mejilla de Carolina no sin antes darme el típico discurso de madre responsable que le recuerda ir con cuidado y me abrigue bien.
Hoy Corban va en coche y me ha convencido para llevarme a mí también, por eso estoy esperando delante del edificio de apartamentos en el que vivo. Un Audi aparca enfrente de mí y la ventana del copiloto baja dejándome ver a mi amigo. Rápidamente subo a la parte trasera en la que ya está Ianthe. La madre de Corban me saluda igual de simpática que siempre. Tiene el pelo castaño claro y los ojos oscuros, se parecen bastante, solo que las gafas de ver de Corban ocultan el parecido.
Tatareamos la música de la radio en el camino que dura escasos quince minutos. La madre de Corban se despide de nosotros con la mano y nos desea un buen día en el instituto.
Ya en la entrada del edificio caminamos hacia las escaleras, mi hombro colisiona con algo, levanto la cabeza con mi ceño fruncido. Mi mirada se cruza con la sonrisa burlona de Ajax, atrapando el piercing de su labio entre sus dientes. Le saco la legua y sigo mi camino al lado de Ianthe y Corban, para que metros después, Nil se una a nosotros.
Sé que esto no es muy maduro por mi parte, pero no sé cómo responder a su provocación y si le pego solo volverá a reírse de mis pecas.
Estos días he sido toda una ninja esquivándolo, ignorando sus miradas y su actitud de capullo integral. Que me ayudase hace una semana no lo hace entrar en mi lista de personas favoritas, solo lo hace más soportable. En algún momento de mi vida se lo agradeceré, en algún momento que desconozco.
Las clases son tediosas, y más cuando entre asignatura y asignatura parece que todos mis compañeros se han puesto de acuerdo para restregar su amor por mi cara.
De cierta manera me da envidia que ellos puedan amar a alguien de ese modo. Nunca me he enamorado y eso me hace creer, a veces, que no tengo corazón o que nunca ningún chico llegará a mi corazoncito. De momento sólo soy capaz de darles un pedacito de amor a la poca familia que tengo y a mis dos únicos amigos.
ESTÁS LEYENDO
Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]
Teen FictionCirce Mon es una joven de Barcelona en su último año de instituto que un día conoce a Ajax Lucas, el chico malo por excelencia. Atractivo, punk, con piercing, tatuajes y permanente expresión seria. El supuesto chico malo la sorprende con su personal...