Capítulo 39.

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23 de mayo

-No puedo creer que me estés pidiendo esto.

-Ianthe, entiéndelo. Quiero un rato para estar a solas con él -intento hacerla entrar en razón pero es muy tozuda.

-¿Y si te compro un vibrador para que lo sustituyas?

-Los vibradores no dan abrazos.

-Pero dan excelentes orgasmos.

No puedo evitar reír por ese comentario. Tomo asiento a su lado en la cama, no tarda en sumarse a mi risa.

-Me gustaría que os llevaseis bien, o al menos que no lo eches cuando se acerca.

-¿Eso es posible? -pregunta divertida.

-Inténtalo, por favor -hago un puchero que finalmente logra convencerla.

***

-Ay, Dios santo, Circe. Recuérdame porque estoy haciendo esto.

-Por qué me quieres -me limito a responder mientras arrastro a Ianthe en dirección a Ajax y Xavi-. Hola, chicos.

Xavi, el peculiar amigo de Ajax, hace un asentimiento con la cabeza.

-Zanahoria, Hobbit -Ajax nos saluda a su peculiar manera.

-¿Lo ves? Es tonto.

Le doy un codazo a Ianthe y aunque frunza el ceño la miro desafiante. Me prometió que lo haría.

Suspira pesarosa antes de cruzar los brazos en una pose infantil.

-Siento haber sido un poquito sobre protectora con Circe -dice la pelinegra con la cabeza baja.

Con una mirada le digo a Ajax que no haga ninguna broma sobre el tema. También uso esa mirada para reparar en lo bien que se ve con esos vaqueros ajustados y una camiseta negra de cuello en forma de pico.

Guapo, guapo. Me entran ganas de silbar.

-No te preocupes, lo entiendo.

Que sea comprensivo hace que me lo quiera comer, pero debo aplazar la idea porque los profesores nos llaman a todos. Vamos a emprender camino al autocar que nos llevará a la famosísima discoteca que todos están esperando con ansias.

-¿Quieres ser mi compañera de asiento? -Ajax pasa un brazo por mis hombros para acercarme a él.

-¿Tengo otra opción?

-Sabes que no.

Por el rabillo del ojo miro a Ianthe y la veo que sonríe en nuestra dirección. En el fondo sé que le gusta que estemos juntos.

-¿Esta noche eres toda mía? - pregunta en susurro.

-No. Esta noche tú eres todo mío, gatito.

-Miau.

Se me escapa una risa nada femenina ni recatada pero no hago nada por disimular.

El trayecto en autocar se hace corto, y más cuando nos pasamos el rato hablando sobre todo lo que no hemos podido hablar en estos días por falta de tiempo juntos. Hablamos sobre nuestros planes después del instituto, universidades, vacaciones. Por hablar hablamos hasta de Robin y Roc.

Una vez en la discoteca, hacemos cola para dejar los abrigos en el guardarropas. Me quito el abrigo azul marino, que dentro de la discoteca no hace más que estorbar.

Hoy he decidido ponerme el vestido azul que me regaló Carolina, el corto y escotado. Quería llamar la atención pero no precisamente de Ianthe.

-Oh, Dios -Ianthe abre la boca-. Ajax te está comiendo con la mirada. Ve a por él y ataca, fiera -literalmente me empuja haciendo que tropiece.

Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora