Capítulo 19. Parte 1.

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18 de marzo

Sigo delante del televisor viendo dibujos animados mientras desayuno cereales. Tengo resaca, poca, pero tengo. Agradezco que Carolina esté durmiendo tras su turno nocturno y eso hace que tenga paz toda la mañana, o tarde. Más bien tarde porque ya son las tres. Pero eso no me importa, me apetecen cereales y nadie me los va a quitar.

Ayer fue una noche intensa. Aún no me puedo creer que Ajax me fuese a buscar a las mil de la madrugada. Una pequeña sonrisa se forma en mi rostro sin querer. Me gusta mucho que se haya preocupado por mí y que me aguantase en mi estado más patético. No sé cómo describirlo, pero al recordar que se dejó abrazar y besar en la mejilla siento un calor interno expandiéndose desde mi estómago al resto del cuerpo. Aunque intente aparentar lo contrario he podido fijarme en lo cuidadoso y protector que es. A mí no me engaña, no es tan malo como todos creen. Si fuese así anoche se hubiese aprovechado de mi estado de embriaguez en vez de dejarme en la puerta de mi casa tras asegurarse de que estaba en perfectas condiciones.

No recuerdo demasiado lo que pasó en la fiesta, solo sé que bebí, bailé y más tarde Ajax me fue a buscar. Sigo sonriendo ante ese último detalle porque aún me parece algo adorable por su parte.

Mi paz es interrumpida por la vibración de mi móvil en la sudadera que estoy usando por pijama. Cojo el aparatejo y lo miro con pasotismo, hasta que veo el nombre de la pantalla. Ajax.

Los cereales se meten por el agujero equivocado haciendo que empiece a toser y ponerme roja como un tómate. En cuanto logro respirar deslizo el dedo por la pantalla para contestar antes de que suene el buzón de voz.

—Hola —digo de un modo sutil, como si no hubiese estado a punto de ahogarme.

—Circe —dice con su distintiva voz grave—, ¿bajas?

¿Bajo? ¿A dónde? ¿Al infierno?

—¿Qué?—pregunto confusa.

No entiendo a qué se refiere con esa pregunta tan absurda. Ni que estuviese en mi portal.

—Tú. Yo. Mi moto —explica como si fuese evidente.

Mi mandíbula cae en picado al mismo tiempo que mi otra mano cubre mi boca. Flashes más detallados de anoche vienen a mi mente. Yo llamándolo, diciéndole que desnudo se vería mejor, dejando que Biel casi me besase, pegando mucho mi cuerpo cuando abrazaba al macarra de mi compañero de filosofía, besando su mejilla una y otra vez, prácticamente ofreciéndome a lo que él quisiese con mis insinuaciones sobre sus caderas, confesando mis secretos en su coche y pidiéndole que me llevase en su moto.

—¿Circe?

—Dame diez minutos —digo antes de colgar.

Como si una abeja radioactiva me hubiese picado en el culo salgo disparada al baño. En un tiempo récord me ducho y seco el cuerpo. En mi cuarto me pongo unos vaqueros, una camiseta blanca y mis Converse blancas que ya no son tan blancas.

—¿Vas a salir?—pregunta Carolina frotándose los ojos en la puerta de mi cuarto.

—Ehm...—balbuceo soltando la máscara de pestañas—. Sí...Me está esperando abajo.

Sigo aplicando la máscara negra tanto en mis pestañas superiores como inferiores. Cuando acabo con ambos ojos me miro de arriba abajo en el espejo de mi cuarto.

—¿Quién? —pregunta como cualquier persona responsable de un adolescente—. ¿Te has maquillado?

—Esto...—dudo unos segundos mientras me pongo una cazadora de vaqueros más clara que el pantalón—. Creo que ya te he hablado de él...—meto móvil y llaves en mis bolsillos—...Es Ajax.

Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora