Capítulo 14.

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26 de febrero

-¿Te encuentras mejor, cielo?-pregunta Carolina acariciando mi pelo.

-La cabeza no...-me quejo.

-Te estresas demasiado -dice, por su voz sé que está preocupada.

Ayer Ajax me dejó en casa y me puse a estudiar para un examen que tengo esta semana. Una hora después mi cabeza estaba que reventaba. Notaba mi cerebro latir y náuseas que no culminaban en vómito. No llamé a Carolina por no preocuparla mientras trabajaba, pero cuando ha llegado está mañana a las seis y me ha visto despierta casi sollozando por tanto sufrimiento, se ha sentado al pie de la cama a cuidarme.

Cuando me estreso me da migraña nivel dios. Aunque no tengo ningún motivo para estar estresada, a parte de los exámenes finales, la selectividad, que tengo un admirador secreto que podría ser un loco y que no paro de recibir llamadas de Dan pidiéndome salir.

-Estoy bien -aseguro débil.

-Te voy a apuntar a clases de yoga -informa con suavidad, controlando el tono de voz para no molestarme mucho-. Tienes que aprender a controlar tus nervios.

No digo nada. Cualquier cosa que me mantenga alejada de mis jaquecas será bien recibida en mi vida.

Paso el primer día a oscuras, en silencio y tranquilidad. Al día siguiente aún siento la cabeza adolorida y dilatada, pero es menos torturador.

28 de febrero

Al tercer día convenzo a Carolina de que estoy bien y me deja ir al instituto. En realidad aún siento molestias, pero no puedo permitirme el lujo de perder tantas clases.

Ianthe y Corban intentan alejarme de las cosas ruidosas, incluso de Nil porque sabemos cómo es de efusivo. Hoy me dedico a vagabundear por las esquinas del instituto para evitar las masas. Mis compañeros son tan escandalosos que querría degollarlos.

-Hace días que no te veía -comenta Ajax tomando asiento en la mesa que hay junto a mí-. ¿Te escondes de mí?

Es el recreo y me he escabullido a un aula en la que poder descansar un rato sin que mi cabeza duela. Con la luz apagada y las ventanas cerradas se está tranquilo y puedo evitar que mi cabeza palpite tan fuerte.

-Estaba enferma -informo con la frente apoyada en mi mano-. Vete, quiero estar sola.

-¿Qué tenías? -pregunta sin dejar de mirarme y eludiendo mi orden.

Quiero fusilarlo con la mirada, pero siento la cabeza demasiado pesada para discutir con él.

-Tengo migraña -digo desganada, al menos hace días se fueron las náuseas.

-Dicen que es duro -hace una mueca, me limito a asentir débilmente-. ¿Estás mejor?

-Un poco.

Por unos segundos me mira, no aparto los ojos de los suyos. Mis ojos son azul pálido y no resultan tan intimidantes como los suyos azul marino. Su mirada es tan brillante y oscura que me veo obligada a rendirme en nuestro duelo de miradas. Jamás ganaré a esos oscuros ojos.

-Te dejo tranquila -dice poniéndose de pie-. Espero que te mejores.

Escucho el sonido de sus botas contra el suelo, alejándose de donde estoy. Escondo un poco la cabeza entre mis brazos para buscar oscuridad.

-Ajax - lo llamo con un hilo de voz que creo que no se escucha, pero al sentir que sus pasos han parado me doy cuenta de que lo ha hecho.

-Dime -responde a lo lejos.

Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora