Capítulo 24.

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23 de abril

Ajax no habla, solo aprieta la mandíbula y nos retira la mirada. Ha construido una pequeña barrera entre él y nosotras.

-No te veía desde febrero -dice Miranda, observándolo con un poco de adoración.

Los miro de manera intercalada. Me siento como una mera espectadora en una película en la que no tengo cabida.

-Ya... -se limita a responder.

Sujeto su mano para hacerme notar o yo misma empezaré a creer que realmente no estoy aquí. Necesito tocar su brazo para convencerme de que esto no es sólo una ilusión.

-Siempre eres bien recibido -dice con suavidad.

-No creo -responde seco.

Busca la mirada de Ajax pero él no hace más que rehuirla como si le hiciese daño mantener contacto visual.

-Me encantó que vinieses ese día.

¿Ese día? ¿Están liados?

Los nervios me carcomen. Un pequeño nudo se forma en mi garganta al imaginarme a Ajax con una mujer que le debe sacar unos veinticinco años.

-Lo hice por Mireia y Roc -responde como si no fuese importante.

Intento saber en qué pieza del puzle encaja la amiga de Ajax en todo esto. ¿Quién es Roc?

Miranda no deja de mirarlo como si no se creyese que está delante de ella. Con miedo a que sea un espejismo o bruma que se llevará el viento.

Siento que sobro en esta escena tan cargada de tensión.

-Siempre lo llevo conmigo -enseña la muñeca, de ella cuelga un brazalete sencillo pero bonito-. Es precioso, cielo.

Ajax tiene la cabeza baja. Creo que está mal, pero me tranquiliza apretando un poco mi mano. Realmente consigue calmarme. Es un ancla al suelo.

Miranda se fija en nuestros dedos entrelazados y sonríe levemente. No entiendo que pasa por su cabeza.

-Estoy muy orgullosa de ti -dice inclinándose para besar la mejilla de Ajax pero él retira la cara-. Nunca lo olvides.

-Difícil de creer -responde él con rudeza.

Eso suena como una dura estacada. Fría como el hielo.

-Ven un día a comer a casa. Venid los dos -me da una leve mirada-. Prometo que todo ha cambiado.

-No me esperes por allí.

Esta versión del Ajax impermeable es demasiado extrema. Parece inmune a los sentimientos de los demás.

-Sabemos que vas cada semana -sonríe débilmente-. Recuerda las cámaras, cielo.

Su mandíbula se aprieta. Su brazo tira de mi hacía la salida, pegada a él.

-Tenemos que irnos -susurra cerca de mi frente.

-¿Qué acaba de pasar?

-Nada.

Nos alejamos de la librería dejando atrás la conversación, pero necesito entender por qué parece tan molesto. ¡Púes yo más! Me estresa no saber que pasa a mi alrededor. Me detengo de golpe en medio de las Ramblas.

-¿Qué demonios ha pasado ahí dentro, Ajax?

Enreda la mano en el pelo, estirando de él, intentando buscar una respuesta.

-Te lo cuento otro día, ¿vale? -dice casi en gruñido.

No estoy dispuesta a que me dé largas con este tema. Me siento una ignorante.

Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora