Capítulo 25.

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24 de abril

Toda la clase de historia se ha reducido a lanzarme miraditas con Ajax mientras finjo hacer deberes. No sé cómo actuar cuando todo lo que quiero es saltar sobre la mesa y besarlo frente a todos. Me contengo pensando en Napoleón. Eso hace bajar un poco mi temperatura corporal.

Mi siguiente clase es inglés, después biología. Nada destacable pasa aparte de Ianthe contándome como se enrolló con su chico misterioso en el coche de sus padres. El timbre suena anunciado el recreo. Salgo rápidamente del aula; estoy harta del profesor. Un cuerpo se sitúa a mi lado de golpe, activando mis alarmas.

-Hola, Circe -Nil camina junto a mí-. Hace tiempo que no hablamos.

Me tranquilizo al ver que solo es él. Quizás soy un poco paranoica.

-Tienes razón -río-. Es que últimamente estoy un poco en las nubes.

Él también ríe. En estas semanas no he mantenido una conversación con él. Cuando nos vemos por los pasillos nos saludamos y poco más. La verdad, hace mucho que no salgo con ni con él ni con Corban. Debería dedicarles algo más de tiempo.

Nil mantiene mi ritmo y sigue el mismo camino que yo. No dice nada, y eso es raro. Es un chico hablador y franco, no suele permanecer más de dos minutos sin hacer algún comentario.

-Hace unos días dijiste que necesitabas hablar conmigo -comento para sacar un tema de conversación.

-No tiene importancia -se encoge de hombros-. Solo es que Corban estaba un poco raro pero ha vuelto a ser él.

-Quizás estaba raro por lo de la chica que juega con él a quidditch -me encojo de hombros.

-¡¿Qué chica?! -exclama sorprendido.

¡Mierda!

¡Era un secreto!

-Debo irme -me despido acelerando el paso.

Me sigue por unos metros, pero logro esquivarlo en un pasillo. Suspiro aliviada. Por esta vez me he librado, pero sé que en algún momento tendré que enfrentarlo.

Bajo una planta más en busca de Ianthe, Corban o incluso Ajax. En la planta inferior, me topo con Ajax en la mitad del pasillo. Mi estómago es atacado por unos pinchazos cuando sonríe de lado.

Aún quedan un par de alumnos charlando, así que con paso decidido me acerco a él. Enredo mis dedos a su camiseta, lo arrastro hasta unas taquillas que están un poco escondidas y lo impulso suavemente contra ellas. Las cadenas de sus vaqueros hacen un ruido estridente contra el metal, pero no parecen llamar la atención de nadie.

-Hola, guapo -digo cantarina.

Una sonrisa granuja se extiende por su boca, haciéndola relucir con sus dientes perfectamente alineados.

-¿Has hablado con tus padres? -pregunto aleteando las pestañas.

Puede que esté buen humor se deba a que lo estoy manipulando, pero en parte también es porque me encantó su regalo de ayer. Es lo más bonito que han hecho nunca por mi y eso solo hace que lo mire con ojos soñadores.

Aunque no me guste el romanticismo, soy una adolescente, si un tío que produce calores en mi hace lo que él, hizo solo consigue que quiera comérmelo.

-La cena es este viernes -bufa poniendo una mueca de desagrado.

Sé que ahora odie que lo esté presionando a hacer esto pero sé que algún día me lo agradecerá. Lo sé.

-Estoy orgullosa de ti.

No le doy tiempo a responder. Lo beso con suavidad; jugando con el aro de su labio. Noto su sonrisa mientras sigo mordisqueandolo. Sus manos subiendo por mis caderas solo ayudan a que sienta calor en un día de abril.

Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora