15 de febrero
—Tu amigo es horrible ligando —no puedo contener una risa.
Ajax asiente levemente, con una sonrisa jocosa en sus labios rosa pálido.
Vale, debo reconocer que hoy se ve bien, ese tono de gris le queda mejor de lo que creía.
—Ya se lo he dicho, pero no me cree —ladea la cabeza—. Deberías decírselo tú —se inclina un poco en mi dirección—, quizás así lo asimila.
¿Por qué estoy mirando el piercing de su labio?
—Quizás —respondo en susurro.
La comisura izquierda de su boca se eleva de un modo casi imperceptible, como si tantease mi reacción, debo destacar que mi intento de actitud pasota es un poco torpe.
—Ay, dolça —niega levemente—. Te daré un consejo para cuando te vuelvas a ver en una situación como esa —hace una breve pausa—: nunca te acerques a un adolescente desesperado cuando lleves un peto puesto —dice un tanto jocoso pero con su semblante aún serio—. No hay nada más atractivo que una granjera, moza.
Aprieto los labios para ocultar una sonrisa divertida. No puedo creer que me haya llamado dolça, dulce en catalán. ¿Qué tengo que ver con lo dulce?
No voy a negar que ver como se lamia los labios al pronunciarlo ha captado mi atención.
Sigue mirándome, esperando mi respuesta, siempre ingeniosa (o al menos eso intento).
—Nunca te acerques a una moza si llevas la cartera llena —advierto con una sonrisa chula.
Ajax eleva ambas cejas, con cierta sorpresa y gracia. Intercambio un par de miradas con sus orbes azul marino antes de dar una explicación.
—El amor de una chica por los libros es mucho mayor que cualquier otra sensación —digo con desdén—, y el dinero es muy útil en las librerías.
Ajax conserva su expresión seria pero cuando se gira puedo notar que oculta una sonrisa.
El tío duro tiene algo de sentido del humor, y parece que le he encontrado el canto bueno a la moneda.
Justo cuando abre la boca para responderme el profesor de matemáticas entra, dando pase a una aburrida clase con más letras que números (cosa irónica en matemáticas). Hoy en vez de teoría ha tocado práctica, por lo tanto nos ha dado unas fotocopias con ejercicios. Ajax usa su cuerpo para cubrir su hoja y pensar tranquilo. Es realmente grande, calculo que debe medir metro noventa y, quieras o no, esa altura combinada con su aspecto impone mucho.
Sacudo la cabeza para centrarme en las derivadas y límites que debo hacer. Al llegar a la segunda mitad de la fotocopia me quedo atascada. No sé cómo resolverlo sin Corban a mi lado para explicármelo.
El timbre suena, perezosamente recojo mis cosas lanzándolas dentro de mi mochila. Cuando me pongo en pie salgo escopeteada de la clase, en el pasillo veo a Corban con un libro en la mano hablando con una profesora. Espero a que acaben su conversación para pedirle explicaciones. ¡Me ha abandonado en mates!
Lo fusilo con la mirada mientras camina hacia mi con una sonrisa inocente, intentando atenuar la bronca que le va a caer.
—Lo sient... —empieza Corban.
—Circe —dicen detrás de mí me giro como un rayo al reconocer la voz. Me humedezco los labios, nerviosa porque esté hablando conmigo fuera del aula—. Debes poner paréntesis, elevarlo con la fracción girada, y multiplicada por X.
Dicho eso gira sobre sus talones, perdiéndose entre la muchedumbre de nuestro instituto. Sigo un poco impactada por lo que me ha dicho.
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Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]
Teen FictionCirce Mon es una joven de Barcelona en su último año de instituto que un día conoce a Ajax Lucas, el chico malo por excelencia. Atractivo, punk, con piercing, tatuajes y permanente expresión seria. El supuesto chico malo la sorprende con su personal...