29 de marzo
Matemáticas se pone duro. Si no fuese por la ayuda de Corban, seguramente no entendería los ejercicios. Tengo la sensación de que últimamente tengo un poco abandonado a mi amigo, pero no lo hago a propósito. Como después de la clase toca recreo, dedico un par de minutos a charlar con él, incluso me acompaña a la taquilla.
-¿Cómo van tus clases de yoga?
-Ahora puedo moverme después de ellas, así que supongo que bien -río girando la cerradura hasta abrirla.
Hay un papel, supongo que una nota. La guardo en mi bolsillo para leerla en otro momento. Hace días que mi admirador secreto no da señales de vida y tengo curiosidad.
-¿Qué tal quidditch?
-El sábado ganamos un partido -dice con una sonrisa de orgullo indudablemente grande.
Le doy un abrazo de esos opresores. Estoy orgullosa de Corban.
-¡Felicidades!
-Gracias -me devuelve el abrazo.
Sin soltarlo, abro los ojos. Ajax nos cauteloso observa desde la puerta de un aula. Me guiña un ojo, yo le enseño el dedo corazón de una de mis manos, eso le hace gracia.
-¿Vamos a la cantina?-pregunta Corban deshaciéndose de mi abrazo.
Lo miro a él, luego miro a Ajax. Doy gracias por que Corban esté de espaldas a él o hubiese visto el intercambio de gestos.
-Ve, luego te alcanzo.
Su mano revuelve un poco mi pelo haciendo que hebras color naranjizo se queden en mi cara. Bufo frustrada y lo tiro para atrás dejando mi vista clara. Con paso firme camino hacia un Ajax que sonríe de lado. Con cada paso que doy noto que mis piernas quieren fallar, pero me mantengo firme. Me cruzo de brazos frente a él.
Ya le he perdonado lo del beso frente a Carolina, pero solo porque parece que ella ya se ha olvidado de esa anécdota.
-¿Me estabas espiando? -pregunto con chulería.
Se revuelve un poco el pelo, queda con un look un tanto salvaje.
-Más bien esperando.
-¿Para qué? -cuestiono.
Hace un gesto con la cabeza para que lo siga. Nos refugiamos en un aula solitaria. A la hora del recreo todos suelen salir a la calle o descansar en la cantina por lo que aquí nadie molestará.
-Tengo drogas -susurra enseñándome su mochila abierta.
No puedo evitar reír cuando lo que me encuentro es dulces. Puedo reconocer el logotipo de la bolsa de papel, es de la pastelería que hay al final de la calle.
-Mmm... No me va eso de ser ilegal pero haré una excepción -digo siguiéndole el juego.
-Seamos malos juntos.
Sin dejar de sonreír le quito la bolsa y saco una muffin de chocolate negro de dentro. Me siento en una de las mesas, su culo se deja caer en la del lado. Se me escapa un ruido de satisfacción cuando siento el chocolate fundirse en mi boca. Esa pastelería es buenísima.
-Vas a hacer que me ponga como un balón.
-Tonterías -bufa-. No estás gorda.
Sé que no estoy gorda, pero tampoco estoy muy lejos de serlo. No soy una modelo, no estoy delgadísima. Soy una chica real y tengo asumido que mi talla no es la treintena y seis.
-Pero mi culo va a crecer gracias a esta delicia -me quejo, sin dejar de comer. El chocolate no tiene la culpa de ser malo para la figura.
-Prefiero las curvas a los huesos.
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Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]
Teen FictionCirce Mon es una joven de Barcelona en su último año de instituto que un día conoce a Ajax Lucas, el chico malo por excelencia. Atractivo, punk, con piercing, tatuajes y permanente expresión seria. El supuesto chico malo la sorprende con su personal...