Capítulo 22.

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29 de marzo

-Quédate un rato más -pide teniéndome acorralada contra la puerta de su cuarto.

Respiro con dificultad. No me pierdo un movimiento de sus labios al hablar.

Tengo mucho calor. Sus caderas no hacen más que rozarse con las mías mientras me tienta con sus rosados labios.

Ajax y yo llevamos un buen trato besándonos en su cama. Mimándonos mutuamente. Es tan dulce cuando le acaricio y se deja cuidar. El problema llega cuando sus manos llegan hasta mi camisa y la desabrocha a trozos para llenar mi escote de besos y mordiscos. Ahí está el problema.

Siento el bombeo de mi sangre hasta las orejas. Debo irme antes que esto acabe con menos ropa. Ahora mi camisa está en perfecto estado. Mis manos apartan las suyas de mis botones. No oculta que quiere quitármela.

-Te prometo que volveré mañana para el trabajo -disimulo el nudo de mi vientre con una pequeña sonrisa.

-Quédate esta noche -insiste.

Ajax parece querer convencerme de algo indecente. Eso no es lo que me preocupa. Si no fuese virgen, seguramente, ya lo hubiese dejado hacer lo que quisiese conmigo.

Quiero que me quite de encima la tensión muscular que siento cuando me encierra entre sus brazos y roza su boca con la mía. Como ahora mismo. Pero, es muy pronto. No creo confiar tanto en él. Solo hace un par de semanas que nos dimos nuestro primer beso en este mismo cuarto.

Es muy precipitado. Demasiado.

Necesito tiempo para asumir lo rápido que va todo.

-Pero tu abuelo... Y Carolina...-le recuerdo.

Mi comentario hace que ponga los pies en la tierra.

-Está bien -sonríe contra mi mejilla-. ¿Quieres que te suelte?

-Sí.

-Convénceme.

Oh, Dios. Cuando se pone moñas creo que mi vientre tiembla por sus labios. Es increíble que solo se muestre así conmigo.

30 de marzo

Cierro la puerta de mi cuarto y me apoyo en ella. Acabo de llegar de casa de Ajax y estoy acalorada. Después de acabar el trabajo de educación física y enviarlo, no se le ocurrió otra cosa que besarnos de nuevo.

Eso es bueno. Muy bueno.

Pero esta vez no sólo se ha conformado con besos. Sus manos han ido a mis pechos, jugando con las copas de mi sujetador.

Ajax es capaz de que algo que antes me parecía manoseo vulgar, ahora luzca como caricias cariñosas. Sus labios diciendo que estaba preciosa eran como un mantra que repetía entre besos.

Idiota con piquito de oro.

No sé cómo sentirme al respecto de toda esta información y sensaciones. Es muy sobrecogedor.

Quiero dejarle que siga pero al mismo tiempo sé que no debo. ¡Esto es confuso!

He llegado a pensar que solo quiere un poco de sexo conmigo para divertirse, pero después me llama dolça y se interesa por mi bienestar, haciendo que esa teoría quede sin fundamentos.

Necesito creer que todo su despliegue de manoseos es culpa de las hormonas, pero de verdad que me es difícil. En sólo tres semanas hemos pasado de ser compañeros a quedar en su casa para enrollarnos y que me manosee.

Muy rápido para mí.

Necesito despejarme.

Dejo mis cosas sobre mi escritorio y cojo de mi estantería un libro. El susurro del viento. Ya lo he leído, pero me apetece hacerlo de nuevo.

Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora