Capítulo 27.5

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Aprovecho para acariciar su espalda mientras me tiene aprisionada contra su pecho. Su entrepierna se manifiesta contra a mi vientre. No entiendo porque me gusta tanto la sensación de tenerlo pegado a mi y excitado. Nunca me había pasado. Aunque nunca había tenido una erección tan de cerca.

-Yo me encargo -digo risueña dándole un besito en el hombro.

Inmediatamente se pone recto para mirarme estupefacto. Sus ojos brillan y una pequeña sonrisa se desliza por sus rosados labios.

Dios, es tan guapo.

-¿Te refieres...?

-Me gustas más calladito -le robo un beso-. Así, en silencio y guapo.

Arrasto mi boca por su cuello. Le está creciendo en vello y me hace cosquillas. Clavo las uñas en su lumbar sin dejar de darle pequeños mordisquitos por el cuello.

-Joder, esto es un puto sueño -sus manos arrastran para arriba la camiseta que llevo.

-Quieto -golpeo sus manos para que no me quite la tela empapada.

No quiero que me vea desnuda, es demasiado vergonzoso. Ya es un gran paso que me haya metido en una ducha con él desnudo. No debe abusar de mi confianza.

Me pongo de puntillas para seguir mimandolo. Su piel se enrojece levemente bajo mis labios y dientes.

Auch. Eso le va a dejar marca.

-Necesito un segundo -pide inhalando aire en grandes cantidades.

Me sorprendo cuando cierra el chorro de agua y apoya la espalda en las baldosas. No perdemos el contacto visual. Se ve tremendo con el pelo mojado y pegado a la frente, la piel brillante y sus tatuajes reluciendo.

Noto mis mejillas ponerse rosada por que me observe de ese modo tan matador. La tela esta muy pegada a mi piel y me siengo casi desnuda y a su merced.

-Ven con papi -dice juguetón, estirando la mano para alcanzarme.

No puedo evitar reír y alegrarme porque el ambiente se haya aligerado.

-Tonto -le saco la lengua.

Me arrastra a su pecho hasta encajar. Levanto la cabeza para seguir mirando sus ojos azul marino tornarse más oscuros cada segundo.

Gruñe cuando lo rodeo con la mano. Está tan caliente. Y suave. Y duro. ¡Y grande! Me gusta que al principio me enseñe con dulzura, y la ayuda de su mano, lo que debo hacer. Estoy mucho más relajada ahora, cómoda y sin prejuicios.

Me lamo los labios cada vez que dice mi nombre o usa apelativos cariñosos. Es muy gratificante.

Su aliento, mezclado con suspiros y pequeños gemidos, chica con mis boca. Por una vez soy la poderosa de los dos, y eso me encanta.

Sin ser consciente respiro al mismo ritmo que él, con entrecortadas dosis. Pego un gritito al recibir un azote en una nalga.

-No pares, dolça -pide con los ojos cerrados.

Sé que es muy poco erótico, pero le pregunto si lo estoy haciendo bien. Una sonrisa de orgullo asoma cuando dice que lo hago -literalmente- de puta madre. No estoy siendo salvaje y letal, más bien voy con cuidado. Me tomo mi tiempo para mimarlo. Porque eso es lo que quiero, que se deje cuidae por mi.

Lleno su pecho de besitos y mordiscos. De extraña manera me hace feliz hacerlo sentir tan bien.

Me tira con suavidad del pelo mojado para mirarme a la cara. Sus respiraciones son desordenadas y agitadas. Me quedo completamente quieta esperando su siguiente movimiento. Su mirada es tan malditamente oscura que haría lo que él quisiese. Si me pidiese que nos encerrasemos juntos una semana en esta ducha, no dudaría en aceptar.

Mr. Tabú y otras drogas [MTOD]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora