Capítulo 3

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-Lo siento... -dijo Libia cuando recuperó el conocimiento mirando a Alycia-, no quería que te sintieras mal por mi culpa

-No te preocupes Liby, no es tu culpa, no sé porque nos pasa esto desde pequeñas -dijo Alycia con una sonrisa cansada sentándose en la cama junto a su hermana

-¿Te encuentras muy mal? -preguntó Franco a Libia, sabiendo que en cuanto ella mejorase también lo haría Alycia

-Yo..., no estoy enferma -dijo Libia

Alycia se levantó y fue hacia Juan, lo abrazó, su hermano la estrechó entre sus brazos con gesto protector, sin saber que lo que realmente estaba haciendo Alycia era preparándose para sacar fuerzas de donde no las tenía por si tenía que detener a su hermano, pues intuía cuál era el verdadero motivo del malestar de su hermana

-Yo... estoy embarazada de Bernardo -confesó Libia

Juan entendió en ese momento el porqué Alycia se había abrazado a él, la joven estaba débil, podría habérsela quitado de encima de un solo movimiento, pero su hermana pequeña sabía que no haría nada que pudiera lastimarla. Juan se alejó de Alycia, teniendo cuidado de no lastimarla y salió de la habitación. Franco y Oscar se miraron, sin saber qué hacer

-Dejadlo solo un rato -les pidió Alycia abrazando a Libia que había comenzado a llorar

***

Habían pasado varios días desde la noticia del embarazo de Libia, Bernardo se había tomado bien la noticia, pero le había pedido a Libia que no volviera a llamarlo a su casa, esa reticencia a que lo llamase no pasó desapercibido para Alycia, pero al parecer no era la única que se había dado cuenta

-No me gusta eso de que no quiera que lo llames -dijo Juan a su hermana

-Es que vive con su hermana y sobrinas y ellas no saben de mi... -lo disculpó Libia

-Eso no me huele bien, lo normal es que si tiene buenas intenciones te hubiera presentado a su familia, que os vais a casar en dos semanas, carajo -dijo Juan

-Tú no lo entiendes, él es una persona importante, no es fácil anunciar un compromiso con una muchacha tan humilde como yo

-Juan tiene razón..., a mi tampoco me gusta -comentó Alycia

-¿He escuchado bien? ¿Me has dado la razón en algo? -Juan la miró asombrado

-Cuando la tienes, la tienes -Alycia se encogió de hombros sonriendo a su hermano

-Pues espero que no nos salga con un chorro de babas a última hora, porque lo mato Libia, te juro que lo mato

El timbre de la puerta sonó y Juan fue a abrir, cuando se quedaron a solas, Libia le susurró a su hermana:

-No es justo, Rosario tampoco quiere que vayas por el bar Alcalá, y no por eso desconfías de ella

-No es lo mismo -dijo Alycia convencida-, a las horas que Rosario trabaja está lleno de clientes que solo desean tocarla, no quiere que vea eso porque sabe que me hace daño, aparte de que teme que alguno se propase conmigo. Pero yo conozco a sus amistades, ¿tú conoces a alguien de su mundo?

-No...

Las dos callaron cuando Juan entró en la casa seguido de Bernardo

-¡Bernardo! ¿Qué haces aquí? -preguntó Libia emocionada de verlo

-Quiero enseñaros algo a ti y a tus hermanos

-Iré a buscar a Franco y Oscar -dijo Alycia dejándolos solos

***

Bernardo llevó en su coche a los Reyes hasta la casa que acababa de comprar, Alycia los seguía en su moto, pues no cabían todos en aquel coche, además que lo prefería, seguramente iría más cómoda que tan apretados en el land rover negro que conducía Bernardo. Alycia aparcó el coche y miró la casa que tenía frente a ella, era una casa enorme y bastante moderna, por fuera tenía un gran jardín bastante colorido. Al entrar en la casa, se podía ver una construcción elegante, llena de columnas, aunque estaba vacía, a la espera de amueblarla al gusto de ambos.

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora