Capítulo 39

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Sara se giró pasando sus brazos por el cuello de Alycia y besándola, comenzó a desabrocharse la camisa

-¿Estás segura? -preguntó Alycia con la voz ronca por el deseo

-Nunca lo he estado más en toda mi vida -dijo Sara besando a Alycia

Alycia se quitó la camiseta que llevaba, sonrió al ver como Sara se deleitaba con su cuerpo, se pegó de nuevo a la mayor de las Elisondo y besó cuello, terminó de desabrochar los botones de la camisa de Sara y se la quitó echándola a un lado, besó el hombro de Sara, comenzó a besar su espalda, mientras sus manos acariciaban el abdomen de la joven, comenzó a desabrochar su pantalón, la giró y la besó en los labios mientras sus manos soltaba el cierre de su sujetador.

-Eres preciosa... -comentó Alycia jadeante al verla desnuda de cintura para arriba

Sara acarició el cuerpo desnudo de la otra mujer, mientras besaba y se dejaba besar, desabrochó el pantalón de Alycia y sonrió cuando la vio quitarse las botas y comenzar a desvestirse con rapidez, ella hizo lo mismo, cuando las dos estuvieron desnudas, por primera vez, se sintió cohibida

-Alycia... sabes que yo no... -Sara se ruborizó-. No sé que...

-Sólo déjate llevar -dijo Alycia tumbándola en la cama, tumbandose sobre ella, ambos cuerpos desnudos pegados-, y si en algún momento deseas que pare, solo dilo

Sara asintió mientras veía como Alycia volvía a besarla, acarició la espalda de la ojiverde, estuvieron un buen rato besándose, tanto que Sara se relajó y, a la misma vez, se movía cada vez más inquieta. Alycia sonrió, comenzó a besar el pecho de la mujer que tenía debajo, acariciándolo, se sorprendió de que fuera tan sensible, pues sus pezones se endurecieron rápidamente. Siguió bajando por su cuerpo, colocó su cuerpo entre sus piernas, comenzó a besar sus muslos, acariciando sus piernas. Sonrió al ver como las caderas de Sara se movían inquietas, levantándolas cuando subía con sus besos hacia la ingle

Alycia levantó la mirada, los ojos de Sara teñidos por el deseo le devolvieron la mirada, deseosa de hacer a aquella mujer suya y no hacerla sufrir más, comenzó a dar pequeños lametazos en su entrepierna, Sara soltó un gemido sorprendida. A medida que la lengua de Alycia jugaba con su clítoris y su entrada, los gemidos se hicieron más seguidos y guturales, sus dedos sustituyeron a su boca, jugando con su clítoris mientras Alycia subía y besaba a Sara que le rodeó el cuello con sus brazos mientras gemía en su boca, sin dejar de mirarla, Alycia la penetró con uno de sus dedos, despacio, sintió como Sara le aprisionaba el dedo, como su cuerpo se tensionaba por un momento, Alycia dejó el dedo quieto, en su interior mientras seguía besándola, cuando el cuerpo de Sara se relajó, empezó a moverlo despacio

-¿Estás bien? -preguntó mirando directamente a sus ojos

-Sí... -la voz de Sara estaba ronca

Alycia atrapó con su boca uno de sus pezones, mientras aumentaba la velocidad de sus embestidas, bajó besando el cuerpo de la otra mujer y sin reducir el ritmo arañó con sus dientes el clítoris de Sara, para comenzar a sucionarlo y jugar con su lengua hasta que los gemidos se convirtieron en gritos y su cuerpo comenzó a convulsionar

Alycia detuvo poco a poco las embestidas, sacando el dedo de su interior, lamió desde su entrada hasta su clítoris, provocando una nueva sacudida, subió hasta Sara y la abrazó mientras recuperaba el aliento, le iba dejando pequeños besos en su hombro y su cuello. Sara se hizo un ovillo en sus brazos mientras se recuperaba, cuando lo hizo se montó a horcajadas sobre ella

-Enséñame

***

Sara abrió los ojos, sentía el peso del brazo de Alycia en su cintura, sus piernas entrelazadas con las suyas, una maraña de pelo cubría su rostro, lo miró sonriente, estaba completamente dormida, lucía calmado y en paz. Sara apartó el pelo de Alycia con cuidado, acariciando levemente su rostro, sintió como Alycia sonreía y pegaba más su cuerpo al de ella. Acarició el puente de su nariz, sus labios, recordando como la noche anterior había besado cada parte de su ser. No recordaba nunca haber sido tan feliz, ni haberse levantado tan en calma y plena.

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora