Capítulo 16

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Alycia había esperado que el ultimátum de su hermano fuese producto de la preocupación que tenía por Norma, pero a medida que pasaban los días, veía que cada vez era más firme. Todo empeoró cuando Juan y Óscar se enteraron de que había tenido una aventura con Rosario, Alycia se sentía traicionada por Franco que en una discusión se lo había contado a sus hermanos. Desde entonces se sentía vigilada, cada vez tenía más trabajo en la panadería, apenas salía de no ser para repartir la mercancía y al volver tenía más tareas para no poder ir al bar a cantar. Cuando salía le preguntaba a todas horas dónde iba y con quién, en ocasiones incluso la acompañaba. Alycia sentía que se ahogaba en aquella casa, ni siquiera podía escaparse por las noches porque dormía en la misma habitación que Juan.

La única liberación que tenía era Jimena, que aunque no aprobaba su anterior relación con Rosario, ya que cuando estuvo con Franco, éste la engañó con Rosario, sí que entendía lo que era sentirse prisionera en su propia casa y, a veces, la mandaba a por cosas que en realidad no necesitaba o le proponía dar un paseo y la dejaba ir a su aire quedando para regresar juntas.

Aparte de los momentos que Jimena le daba, en ciertas ocasiones, pocas, podía ir al bar a cantar cuando Juan, Norma, Óscar y Jimena salían los cuatro juntos en plan de parejitas, solo en esos momentos se sentía liberada.

***

Sara se había hecho cargo completamente de la hacienda, sus horas se definían en pasar tiempo con su madre que estaba bastante deprimida y poner orden con los vaqueros, que últimamente estaban muy revolucionados, ella se encargaba de todo, como siempre, pero ahora con más intensidad, sus hermanas se habían ido, estaba completamente sola y debía mantener su mente ocupada en el trabajo para no enloquecer

-¿Por qué está aquí el veterinario? -preguntó Sara ya que ella no lo había mandado llamar

-Lo llamé por Relámpago, hace semanas que apenas come y temo que esté enfermando -dijo Olegario

Sara estuvo pendiente del veterinario de cómo revisaba al caballo y le daba unas vitaminas. Cuando todos se habían ido se acercó al caballo y lo acarició.

-No estás enfermo, ¿verdad? Estás deprimido, la echas de menos... se nota su ausencia... -el caballo relinchó y le dió un pequeño cabezazo en el hombro-. Ella no va a regresar, tanto sus hermanos como ella tienen la entrada vetada a esta Hacienda, nunca más la volveremos a ver... quizás sea lo mejor, no nos conviene tenerla cerca

Relámpago se alejó de Sara mostrando su desacuerdo

-¿Con quién hablas? -preguntó Gabriela

-Con nadie -dijo Sara sobresaltandose-. Con el caballo -reconoció

-Tu padre hacía lo mismo -dijo con añoranza Gabriela-. Doña Raquelita nos ha invitado esta noche a cenar con sus sobrinos y su hija

-¿Tenemos que ir? -preguntó fastidiada Sara

-¿No llevas insistiendo días en que salga?

-Sí, pero ir a su casa no es el plan más divertido...

-Bueno, no es a su casa, vamos a ir a un bar que conoce Ruth y Leandro

Sara alzó la ceja esperando que ese bar no fuera el Alcalá, si su madre viese esa clientela y las mujeres que allí cantaban les daría algo. Aunque lo cierto es que ella no deseaba ir por otra razón, no deseaba ver a Alycia con aquella cantante que volvía locos a todos.

***

Alycia odiaba mentir a sus hermanos, ocultarle cosas y actuar a sus espaldas, pero la postura autoritaria de Juan la estaba asfixiando, odiaba quedarse encerrada, nunca lo había conseguido, necesitaba salir, necesitaba cantar, necesitaba sentirse ella de nuevo. Por eso, cuando sus hermanos salieron con sus novias, ella vio la oportunidad que estaba esperando, ese día se dirigió hacia el bar, al llegar le sorprendió ver una cara conocida en el bar.

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora