Alycia estaba en los establos, mirando como los vaqueros entrenaban a los caballos, sintió como Juan se apoyaba en la valla en la que estaba ella apoyada, Alycia no dijo nada, esperó hasta que su hermano habló, más calmado, más como el hermano cariñoso que era
-Si no tuviste nada con esa mujer, ¿por qué te dejó su fortuna?
-No lo sé -admitió Alycia-. Nunca quise su fortuna Juan, me conoces, sabes que nunca me ha importado el dinero. Eduvina fue una mujer incomprendida, nadie la entendía, fue calumniada porque le gustaban las mujeres y a ella le daba igual. Siempre parecía hacer todo lo que los demás esperaban, ¿que engatusaba a las chicas jóvenes? Se dejaba ver con todas las chicas jóvenes que podía. ¿Qué era excéntrica? Pues se comportaba aún más, hasta límites insospechados. Una vez le pregunté por qué lo hacía y me dijo que las personas que quieren hacer daño siempre encontrarán una forma, daba igual que se comportara de la mejor manera posible, encontrarían cualquier otra cosa para atacarla, así que ella vivía, no se arrepentía de nada y dejaba que todos hablasen -Alycia sonrió con tristeza-. Era una buena mujer Juan, una mujer que vio a una chiquilla perdida y se la llevó a que cumpliera su sueño, pero que en verdad le dio la lección más importante de su vida: vive y sé como quieres ser, sin importar lo que los demás piensen de ti. Era una mujer que solo tenía un anhelo, encontrar a alguien que la viera a ella, con la que hablar. Eduvina Trueba era una mujer que se sentía sola. Durante este año ambas nos hemos hecho compañía, las dos hemos aprendido a vivir y hemos curado heridas. Sabía que no tenía familia, pero esperaba que dejara su fortuna a ONGs o, incluso a Lena. Pero no esperaba que nos lo dejara a ambas, a las dos únicas personas que estuvieron con ella hasta el final.
-¿Quién es Lena?
-La chica a la que protegisteis ayer -dijo Alycia mirando por primera vez a su hermano-. Mi ayudante, mi abogada, y lo más importante, mi amiga.
Ambos hermanos se quedaron en silencio, mirando al caballo que tenían delante de ellos
-Quiero que os quedéis Juan, que os mudéis a la casa conmigo -Alycia miró a su hermano-. No quiero esto si no os tengo a vosotros -Alycia volvió a mirar al caballo-. ¿Te acuerdas cuando estábamos en casa? Tu ayudabas con los caballos a papá, yo me sentaba en la valla y tranquilizaba a Libia que siempre pensaba que el caballo te tiraría
-No durabas ni dos minutos sentada, siempre querías montar, no tenías dos años y escalabas la valla para intentar montar en un caballo que era mucho más alto que tú
-Y tú me cogías y me montabas contigo
-Y mamá nos reñía porque nunca cogías las riendas, te abrías de brazos y sentías el aire en tu cara
-Porque me sentía a salvo, sabía que podía ser imprudente porque tú nunca me dejarías caer -Alycia volvió a mirar a su hermano-. Necesito que me dejes ser yo, Juan, necesito saber que puedo soltarme y tener la seguridad de que tú estarás allí para no dejarme caer.
-Aunque viva en la casa, seguiré trabajando
-Lo que tu quieras -Alycia abrazó a su hermano, sintiendo sus fuertes brazos rodeando su cuerpo y sintiendo que estaba segura entre ellos.
***
-¿De qué te sorprende? ¡Todos ellos son iguales! ¡Unos oportunistas que solo desean hacer daño y aprovecharse de los demás! -dijo Gabriela alterada
Las hermanas Elisondo fueron a la sala movidas por los gritos alterados de su madre, allí se la encontraron junto a su abuelo, su madre tenía el semblante duro
-¿Qué sucede? -preguntó Norma creyendo que Juan podría haber ido a buscarla, su madre solo se alteraba de ese modo cuando era algo relacionado con los Reyes
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Pasión de Gavilanes
FanfictionLos Reyes, Juan, Oscar, Franco y Alycia tras la muerte de su hermana Libia deciden ir a ajustar cuentas con las últimas personas que vieron a su hermana con vida, y las culpables de que ésta se suicidase, los Elizondo. Lo que nadie iba a imaginar es...