Capítulo 9

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Alycia estaba nerviosa, le habían dicho que doña Gabriella quería hablar con ella y temía que fueran a echarla, quizás se había pasado en decirle todo aquello a Sara y, finalmente, había ido a decírselo todo a su madre. Esperaba en el despacho, estaba junto a la puerta, cambiando el peso de una pierna a otra, aunque lo que deseaba era caminar por toda la habitación, pero no se atrevía por si entraba y creía que estaba rebuscando allí. Por suerte, doña Gabriella no tardó en llegar

-Ah, ya estás aquí -dijo cuando la vio, fue directamente a sentarse tras el escritorio

-¿Me ha mandado llamar? -preguntó lo evidente Alycia, pero estaba nerviosa

-Sí, unos amigos de la familia me han dicho que la han visto en un club cantando -dijo doña Gabriella

-Es posible... -dijo Alycia sin esperarse aquello-, ¿hay algún problema con ello?

-No, me han comentado que usted canta bien y me han insistido en que podría cantar en la fiesta de compromiso de mi hija Jimena

-¿Cantar? -Alycia cada vez entendía menos-. Claro, será un honor

-Muy bien, era todo, la fiesta será esta noche, puede dejar su trabajo antes para prepararse para la fiesta

-Esta bien, gracias doña Gabriela, con permiso -dijo retirándose

Alycia miró hacia atrás una vez había salido de la habitación sin entender muy bien lo que acababa de pasar.

***

-Juan, necesito que me dejes la camioneta -dijo Alycia acercándose a donde estaban sus hermanos trabajando

-¿A dónde vas? Aún no se ha terminado la jornada de trabajo -dijo Juan mirando con el ceño fruncido a su hermana

-Doña Gabriella me ha contratado para que cante en la fiesta que tiene lugar esta noche -dijo Alycia-. Debo ir a la casa y cambiarme, pero no quiero mancharme la ropa con la moto a la vuelta

Juan metió la mano en el bolsillo y sacó las llaves

-¿Vas a intervenir en este disparate? -se quejó Oscar que seguía resentido porque Jimena fuese a casarse con Leandro-. ¿De parte de quién estás?

-¿Y qué excusa quieres que le ponga a doña Gabriella para no hacer el trabajo? -preguntó Alycia cruzándose de brazos-. Además haré algo que me gusta, y quien sabe, quizás me contraten para cantar para otras fiestas

-No me gusta ese trabajo... -murmuró Juan

-Pero a mí sí -Alycia cogió las llaves del coche y se marchó

***

Alycia volvió a la hacienda, con el pelo peinado y suelto, llevaba un vestido ajustado en color negro pero sin que fuera excesivo, no llevaba joyas, no las tenía y le parecía una perdida de tiempo ir a comprarlas para usarla únicamente un día.

-Déjame que te ayude -dijo cogiendo una montaña de ropa que llevaba Eva

-No, Alycia, usted tiene que prepararse para hacer la actuación, no tiene que estar ayudándonos a nosotras -se quejó Eva

-Los invitados aún no están y no quiero estar dando vueltas por la hacienda, me aburro, por favor, déjame ayudarte

-Está bien -dijo Eva

-¿Habitación de la señorita Norma?

-Sí

Alycia subió las escaleras y tocó la puerta de Norma, ésta le abrió y se sorprendió al verla así vestida

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora