Capítulo 37

1.1K 114 11
                                    

Las hermanas Elizondo miraban a los hermanos Reyes como cuchicheaban entre ellos, no entendían nada, ¿por qué le hacían preguntas a Alycia como si ella supiera algo?

Se quedaron allí mirando como el fuego se consumía, Sara miró a Alycia, estaba sentada en el suelo, con la espalda apoyada contra el coche, tenía los ojos cerrados, en otras circunstancias Sara hubiera pensado que se había quedado dormida. Le hizo un gesto a Jimena para que estuviera pendiente de Norma y Franco por si volvían a intentar correr hacia las llamas, aunque estaban más tranquilos ahora.

-¿Estás bien? -dijo sentándose al lado de Alycia

Alycia abrió los ojos miró a Sara, cogió su mano entre las suyas, la besó con ternura

-Gracias por estar aquí, sé que Juan no te cae bien...

-Eso era antes -la interrumpió Sara-. Gracias a ti he podido conocer mejor a tus hermanos, he visto como Juan cuida de Norma, de Juan David, se le nota que está muy enamorado

-Juan mira a Norma así desde que la conoció, ¿cómo no te diste cuenta antes?

-Porque antes no sabía reconocer esa mirada

-¿Y ahora sí? -dijo Alycia con una sonrisa

-Sí, porque Juan la mira como yo te miro a ti

Alycia acarició su cara con una sonrisa bobalicona, sentía que el corazón le iba a explotar de la felicidad que sentía, se inclinó y besó a Sara

-Te amo Sara, quizás no sea el mejor momento ni el mejor lugar, pero quiero que sepas que te amo

Sara la besó de nuevo profundizando el beso, limpiándose las lágrimas de felicidad al separarse y sintiéndose culpable por sentir aquella felicidad en un momento como aquel

***

Las llamas por fin de consumieron dejando únicamente una cabaña destrozada

-No hay ningún cuerpo, como intuíamos -dijo Óscar aunque no pudo evitar mirar a su hermana

-Tampoco sabemos si Juan y Ruth han estado aquí -les tranquilizó Jimena

-Sí, lo han estado -Franco sacó de entre los escombros la cruz de madera que Juan llevaba siempre al cuello

***

Decidieron seguir buscando, aquella pista, por pequeña que pudiera ser les había llenado de esperanzas, si los habían movido de lugar era porque no querían matarlos, ¿sino para qué quemar la cabaña sin ellos dentro? Era cierto que podrían haberlos movido para matarlos en otra parte, ¿pero para qué? Aquel lugar estaba alejado de todas partes, el fuego hubiera consumido los cuerpos a cenizas, no tenía sentido llevarselos de allí para matarlos en otra parte.

Es por ello, que el grupo se había puesto en marcha, buscando algún rastro, gritando el nombre de Juan y Ruth, aunque no estaban seguros de que ella estuviera allí, tenían el presentimiento de que estaban juntos.

Se le hizo de noche en la búsqueda, Jimena y Sara se habían ido a su Hacienda, pero Norma había decidido quedarse mientras que los Reyes siguieran buscando. A la medianoche, estaban por darse por vencidos cuando encontraron a Juan caminando con Ruth en brazos, la joven estaba inconsciente, mientras que Juan se veía muy debilitado.

Una hora más tarde, con Norma a su lado, Juan les había contado que fue Dinora Rosales quien le había secuestrado con unos matones. Alycia subió a ver a Ruth, Eva estaba junto a su cama, la joven tenía un poco de fiebre, pero sobre todo era agotamiento.

-Ella está bien -le dijo Alycia a Eva abrazándola con ternura

Alycia besó la frente de Ruth, ésta se despertó sobresaltada, alejándose y mirando a todas partes

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora