Sara se despertó, intentó levantarse y el dolor hizo que volviera a tumbarse, había soñado con Alycia, la había sentido a su lado, cuidándola y diciéndole palabras llenas de cariño, aunque solo había sido un sueño. Sara no quería que Alycia la viera así, no quería que viera su cuerpo lleno de marcas, que dejara de mirarla como lo hacía, no quería que dejara de verla atractiva. Pero tampoco quería que se enfrentara a su madre o a Fernando y sabía que era capaz de hacerlo.
Por eso intentó levantarse, nunca le había gustado estar más tiempo de la cuenta en la cama, siempre había muchas cosas que hacer en la Hacienda, de entre sus hermanas era la primera en levantarse y la última en acostarse, únicamente hubo un día que no lo importó quedarse en la cama, cuando había estado con Alycia, aquel día se habría quedado todo el día metida en la cama junto a ella.
-No te muevas hija -la cariñosa voz de su abuelo hizo a Sara levantar la cabeza y verlo, estaba junto a su cama, mirándola con tristeza, ni siquiera lo había visto
-Ya debe ser muy tarde...
-El médico ha dicho que debes descansar -don Martín se quedó mirando serio a su nieta-. ¿Por qué lo hiciste?
-¿Lo de Alycia? -preguntó Sara sabiendo que a esas alturas ya todos deberían saberlo
-No puedo decirte que lo entienda, a mi siempre me enseñaron que un hombre y una mujer deben estar juntos, sé que hoy en día hay hombres con hombres y mujeres con mujeres, pero yo soy de otra generación..., pero sabes que vosotras sois mi vida y... no voy a meterme en eso..., pero de todas las personas que había, ¿tenía que ser una Reyes? Siempre has criticado muchísimo a tus hermanas por haberse liado con ellos, ¿por qué seguiste sus pasos?
-Bien dicen que la lengua castiga... y a mi me castigó muy duro, porque más enamorada no puedo estar
-¿Estás enamorada? ¿Seguro? ¿No será que estás confundida? Nunca has tenido ningún novio, puede ser que creas que la quieres pero que solo sea una confusión o un capricho
-Durante mucho tiempo me convencí de que estaba confundida, de que solo era curiosidad, incluso de que era un capricho, pero es todo lo contrario... Ya no puedo engañarme más
-Cuando me imaginaba a tu enamorado siempre pensé que era un hombre inteligente, culto, de buena familia..., un hombre correcto en todos los sentidos
-Eso es Alycia..., solo que no es un hombre... es una mujer -Sara miró a su abuelo a los ojos-. Es una mujer que a pesar de las apariencias es culta, una mujer que antepone todo por su familia, por hacer lo correcto, una mujer de palabra y que no creo que pueda tener mejor posición social -Sara comenzó a sonreír mientras recordaba todas las cosas por las que se había enamorado de Alycia-. Además es hermosa
-Ahora sí creo que estás rematadamente enamorada, de lo contrario, no podrías encontrar tantas virtudes en esa mujer.
Sara intentó incorporarse un poco para estar a la altura de su abuelo, haciendo caso omiso al dolor y a la advertencia de su abuelo. Le cogió la mano y se la besó
-¿Me sigues queriendo a pesar de que amo a una mujer? -preguntó con temor Sara
-Yo voy a quererte siempre, independientemente de a quién ames, yo solo deseo vuestra felicidad -dijo su abuelo acariciando su rostro-. Pero me quedaré más tranquilo cuando hable con ella y descubra cuales son sus intenciones. Conozco a Alycia y sé que es una buena muchacha, pero tiene una larga lista de mujeres y eso me preocupa
-No todo es lo que parece abuelo -dijo Sara volviéndose a tumbar boca abajo sintiendo que aquel pequeño esfuerzo la había dejado agotada
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Pasión de Gavilanes
FanficLos Reyes, Juan, Oscar, Franco y Alycia tras la muerte de su hermana Libia deciden ir a ajustar cuentas con las últimas personas que vieron a su hermana con vida, y las culpables de que ésta se suicidase, los Elizondo. Lo que nadie iba a imaginar es...