Pasión de Gavilanes

Capítulo 29

Habían pasado un par de días desde que don Martín había caído enfermo, el médico les había dicho que se prepararan para lo peor, pues en cualquier momento moriría, era imposible no sentir dolor al ver a aquel hombre siempre tan energético tirado en la cama sin moverse ni hablar, parecía dormir plácidamente.

Durante esos dos días muchas personas habían ido a la casa de las Elizondo, muchos de ellos para enterarse de los cotilleos que realmente para apoyar a la familia, los únicos que realmente habían ido movidos por el dolor de que el patriarca de la familia muriera eran los Uribe.

Las hermanas Elizondo rara vez dejaban la habitación de su abuelo, Norma solo salía a veces cuando tenía que atender a su hijo, era Gabriela la que se encargaba de atender a las visitas.

En ese momento doña Raquelita había bajado a la sala con doña Gabriela, mientras Ruth mirando con ternura a don Martín se quedaba con las hermanas Elizondo

-Parece como si solo durmiera -dijo Ruth-, aún espero que en cualquier momento despierte y se ponga a reír con esa alegría que siempre tiene

-Nosotras también, tenemos aún esa esperanza -dijo Sarita besando la frente de su abuelo

-Ruth, ¿sueles frecuentar a los Reyes? -preguntó Norma

-Trabajo con Óscar en el centro de modas, ya lo sabes -dijo Ruth extrañada por la pregunta

-¿Sabes algo del estado de salud de Alycia? No he podido hablar con Juan y no sé cómo siguió ella

-¿Alycia? -Sarita miró a su hermana y luego a Ruth, se había levantado de la cama y se acercó a las dos mujeres sin darse cuenta-. ¿Qué pasa con ella?

-Al día siguiente de ponerse el abuelo malo fui a ver a Juan para contarle lo que había pasado, Alycia estaba enferma, estaba en la cama con mucha fiebre, estaba muy pálida y se la llevaron al hospital, pero con todo lo que ha estado pasando aquí no he podido ir a ver cómo sigue -contó Norma

-Espero que no sea nada -dijo preocupada Jimena-, ella siempre se portó muy bien conmigo

-¿Has ido a verla? -preguntó Sara a Ruth necesitando saber más

-Sí, estuve en el hospital ayer, pero no dejan entrar a alguien que no sea familia, ni sus hermanos pueden estar allí todos juntos, según me contó Óscar los médicos no saben lo que tiene, la fiebre no le remite y pierde la consciencia cada poco tiempo, apenas está despierta. Franco comentó que estaba muy pálida y que la dejarían ingresada hasta que supieran que es lo que tenía

-Voy a ver si mamá necesita algo -dijo Sara saliendo apresuradamente de la habitación

Sara fue hacia su habitación y se encerró en el baño, necesitaba salir de allí, se aferró al lavabo con fuerza y al mirarse al espejo se dio cuenta de que estaba llorando. Sentía un dolor en el pecho al saber que Alycia estaba enferma, llevaba dos días así y ella ni siquiera se había enterado, nadie se lo había dicho, ¿pero quién se lo diría? Nadie sabía lo que ella sentía. Incluso dudaba que Alycia lo supiera, porque siempre le mandaba señales confusas. Alycia le había invitado a salir y ella aunque lo deseaba lo había rechazado, había visto el dolor en su mirada. Había querido explicarle que era demasiado complicado, que podrían reconocerla y no estaba preparada para lidiar con su madre, pero había demasiadas personas cerca y no dijo nada, perdió la oportunidad porque no volvieron a estar a solas. Y desde entonces no habían vuelto a coincidir, su abuelo se había puesto enfermo y Sara había esperado que Alycia comprendiera que en esos momentos él era lo más importante, lo que ella no esperaba es que Alycia también estuviera grave y lo peor es que no podía ir a verla.

Sara se sentó en el suelo del baño, abrazándose a su misma, Sara recordaba las últimas palabras que le había dicho su abuelo "vive Sarita, sé feliz, porque cuando seas viejas y estés sola nadie te agradecerá que te sacrificaras por ellos", pero no le había hecho caso, porque la responsabilidad y el miedo habían podido más con ella, siempre había hecho todo lo que se debía, de entre sus hermanas ella era la que más cercana era a su madre, le daba miedo contradecirla, perder su cariño y sabía que si su madre se enteraba de que estaba enamorada de Alycia lo perdería, pero no sabía que le dolería y le defraudará más sí que estuviera con una mujer o que fuera uno de los Reyes.