Capítulo 54

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Alycia se giró, estaba segura de que había escuchado mal, pues no era posible que Sara hubiera dicho eso por el micrófono, no en el club, delante de las amigas de su madre y de personas que las conocían.

Sara suspiró aliviada al ver que Alycia se giraba y la miraba, vio la sorpresa en su rostro.

-Te amo -repitió Sara sin dejar de mirarla

-Todos cometemos errores... -escuchó a Ruth sentada en su mesa

Alycia miró a Ruth. Sara miraba hacia Alycia, ¿por qué en aquel momento miraba a Ruth y no a ella? Los celos volvieron a hacer mella en ella. ¿Es que acaso...? Sara detuvo el avance de sus pensamientos, recordándose que Alycia únicamente la veía como una hermana.

Sara aprovechó que Alycia se había detenido para acercarse a ella.

-Aly...

-Nos vemos en casa -dijo Ruth alejándose de allí

-¿En casa? -preguntó Alycia mirándola a los ojos

-En casa -Ruth asintió apretando su mano al pasar por al lado

Alycia se giró, pero Sara le agarró el brazo

-Aly, por favor... lo siento

-¿El qué exactamente? ¿Coquetear con otro? ¿Tener una cita con otro? ¿O el que yo lo viera?

-¡No tenía una cita con otro! No lo había visto nunca. Es posible que me sintiera encantada de tener la atención de los hombres sobre mi, ya sabes que no estoy acostumbrada -Sara la retuvo al ver que Alycia se había vuelto a girar dispuesta a marcharse-. Aly, solo deseo que tú me desees, solo quiero tu atención, solo quiero que tú me veas -Sara cogió su cara y la besó sin importarle quien la viera, sin importarle la vergüenza del rechazo en caso de que lo hiciera-. Solo me importas tú... Por favor, Aly, perdóname

-Yo... estoy cansada -dijo Alycia-. Quizás lo mejor sea que las dos...

Sara la besó mientras lloraba

-No lo digas -suplicó Sara-. Nunca digas que es mejor estar separadas cuando no puedo estar sin ti. Te amo Aly, y sabes perfectamente, que nunca he amado a otra persona, que eres la única para mi. No me dejes...

Alycia miraba la desesperación con la que Sara hablaba, como sus palabras estaban llenas de dolor, como no dejaba de llorar, suplicando en sus palabras, en sus besos, en la forma de aferrarse a su mano.

-Yo también te amo... -dijo Alycia pues era la realidad

***

-Deberías estar feliz, siempre te han gustado las ferias de caballos -dijo Norma mirando a Sara-, y este año te encontrarás allí con Alycia. Entonces, ¿por qué tienes esa cara tan seria?

-Alycia me perdonó, pero apenas nos hemos visto esta semana, creo que sigue molesta por lo que pasó -dijo Sara pensativa-. Temo que si voy a la feria y me ve hablando con alguien se moleste y...

-Alycia sabe que debes hablar con los ganaderos, también con otros vaqueros -dijo Norma-, no creo que le moleste, nunca antes le ha molestado y sabes perfectamente que su enfado no se debió a que hablaras con los ganaderos

-Lo sé... pero siento que las cosas entre nosotras está muy frágiles y temo hacer algo que haga que Alycia se replantee el seguir conmigo

-¿Has hablado con Jimena? Ella está en la casa, sabe si Alycia te está evitando o está trabajando

-Ella dice que está trabajando, que tiene varias reuniones acumuladas, pero...

-Sarita, es Jimena, es nuestra hermana, ella no te mentiría

Pasión de GavilanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora