ACABABA DE PASAR LAS ÚLTIMAS SEIS HORAS TRABAJANDO EN LOS TIE-FIGHTERS. SÓLO HABÍA completado unos cuatro y miré las filas, sabiendo que me quedaban muchos más. Pero bueno, al menos me mantenía ocupada y no pensaba en mi familia. Tenía sudor bajando por mi frente y usé un trapo para secarlo. Para estar en el espacio, hacía un calor increíble aquí. Tuve que cambiarme por pantalones cortos y una camiseta sin mangas para evitar desmayarme por un golpe de calor. Juro que quienquiera que esté a cargo de las rejillas de ventilación aquí debe ser despedido.
—¡Hola!— Escuché la voz alegre de Adam llenando la habitación justo cuando estaba terminando de ponerme el cabello en un moño.
Me giré hacia él y sonreí, —Oye, ¿qué tienes ahí?— Caminé hacia él e hice un gesto hacia la bolsa en su mano.
—Tienes la muy mala costumbre de olvidarte de comer, así que pensé en traerte el almuerzo—. Me lo entregó con una sonrisa y vi que sus ojos seguían mi cuerpo, pero trató de ocultarlo. Poco saben los hombres que las chicas lo notamos todo el tiempo.
—Gracias—, lo agarré justo cuando mi estómago gruñó, —el momento perfecto—. Abrí la bolsa y me senté con las piernas cruzadas en el suelo.
Empezó a abanicarse con la camisa, —¿Por qué hace tanto calor aquí?— Preguntó mientras se quitaba la capa adicional de ropa que cubría su torso, así que ahora solo tenía puesta una camiseta ajustada que mostraba sus músculos tonificados. Miré por un segundo antes de apartar la mirada, soy una mujer después de todo.
Rodé los ojos, —No lo sé—. Le di un mordisco al sándwich que me trajo y que, sorprendentemente, no tenía un sabor terrible. —Estoy pensando que está roto o algo así.
Se sentó a mi lado, —¿Hasta dónde has llegado?— Preguntó mientras miraba las naves detrás de mí.
Me burlé, —Cuatro, sin incluir la que hice ayer. Todavía quedan docenas.
Más bien cientos. Él se rió entre dientes y mis ojos se abrieron cuando miré detrás de mí.
—¿Eso no son cientos?— Busqué alrededor, tenía que haber un poco más de ochenta TIES.
—Escuché que una vez que estos estén hechos, Vader traerá más—. Me miró con una mirada de diculpa, —También pidió más armas, así que ambos haremos nuestro trabajo.
Gemí mientras me recostaba en el piso de metal, disfrutando de la frialdad, —Sí, pero tienes ayuda, tengo que hacerlo sola.
—Viniendo de la chica que me dijo esta mañana que prefiere trabajar sola—. Se rió mientras se acostaba a mi lado. Estaba mirando hacia el techo, pero podía sentir su mirada en un lado de mi cara.
