—EN SERIO, ¿LO GUARDAS AQUÍ? —HICE UN GESTO HACIA LA PUERTA DE SU ARAMARIO QUE ACTUALMENTE ESTABA VIGILANDO.
Él asintió, —Ahora, incluso antes de que piense en mostrártelo, tienes que prometerme que no irás en contra de mis deseos—. Habló severamente con una mirada intimidante. Bueno, intimidante para la mayoría de la gente, ya no me asusta. Sé que nunca me haría daño. En todo caso, recibiré una nalgada en el culo; lo cual no suena tan mal cuando lo piensas.
—¿Y cuáles son esos deseos de nuevo?— Pregunté con una sonrisa en mi rostro.
Puso los ojos en blanco con un suspiro, —No lo enciendas; de hecho, ni siquiera lo toques.
Estaba un poco reacia, porque estaba a punto de mentirle en la cara y me sentía mal, no es que lo fuera a encender en este momento. Eso es solo una locura. Pero cuando él no está, lo haré, —Está bien—. Asenti.
Él levantó una ceja, —¿Está bien, qué?
Suspiré profundamente, —Está bien, no iré en contra de tus deseos, solo ábrelo ya—. Hablé con impaciencia.
Se dio la vuelta y abrió la puerta, encendió la luz y se dirigió al fondo del armario. Wow, este es un gran armario para alguien que usa los mismos artículos negros todos los días. Regresó rodando un droide azul y blanco, —Su nombre es R2-D2—. Me dijo mientras miraba del droide a mí.
Miré al droide con asombro, era un poco lindo, miré a Anakin, —Él es un droide astromecánico, ¿verdad?— pregunté.
Él asintió con una leve sonrisa, —El mejor de la galaxia—. Apartó la mirada de mí con una mirada triste en sus ojos. Eso me conmovió un poco, me di cuenta de que lo extrañaba.
—Así que digamos que lo encendiera. ¿Qué tan enfadado estarías en una escala del uno al diez?— Tengo curiosidad.
Inclinó la cabeza con una leve mirada de molestia, —Doce.
Asentí con la cabeza, —Está bien, pero eso es como- — Hice un gesto de corte de garganta y él entrecerró los ojos, —¿Eso? O- —Hice un gesto de azote, —¿Esto?
Resopló mientras se giraba y empujaba al droide dentro del armario. Cerró la puerta y se giró para mirarme a los ojos, —¿Qué tal si me escuchas por una vez y no te enteras?— Agarró mi cara y besó mi frente, —Vamos a la cama.
[...]
Me desperté con el sonido de gemidos. Lentamente abrí los ojos para ver a Anakin acostado boca arriba, empapado en sudor y murmurando, —Ahsoka, lo siento—. Lo agarré del brazo y comencé a sacudirlo, —No, no lo hagas—. Murmuró de nuevo mientras giraba la cabeza hacia un lado. Estaba teniendo una pesadilla.
