ME ESTREMECÍ CUANDO ANAKIN PRESIONÓ BESOS AMOROSOS EN MI estómago, -Los amo a los dos-. Murmuró contra mi vientre que me hacía cosquillas; haciéndome soltar una risita.
-Chicos, esto es dulce, pero todavía estoy aquí, así que por favor mantengamos esto amigable para los niños-. Piett suspiró desde el suelo mientras le enseñaba a R2 a jugar a las cartas, lo cual era bastante adorable.
-Lo siento, Piett-. Me reí cuando Anakin me abrazó. Ligeramente presionó múltiples besos en mi mejilla y yo seguí riendo. Siempre ha sido dulce conmigo, pero estas últimas semanas, ha sido aún más dulce y me ha colmado de amor. Es asombroso.
Sé que ambos todavía estamos asustados por dentro por las consecuencias de nuestra decisión, pero por fuera, estamos tratando de disfrutarlo.
Vamos a tener un bebé después de todo y merece ser celebrado.
-Mi señor- - Piett comenzó a hablar, pero fue interrumpido.
-Anakin.
Tanto Piett como yo giramos nuestras caras para mirar a Anakin con sorpresa, -¿Qué?- preguntó Piett, ligeramente atónito.
Mi prometido se encogió de hombros: -Puedes llamarme Anakin, te lo has ganado con creces-. Le sonrió a su amigo antes de volver su atención a mí, -Solo recuerda cuándo es apropiado usarlo y cuándo no-. Le dijo mientras apoyaba su cabeza en el hueco de mi cuello.
Piett sonrió felizmente, sin duda sintiéndose honrado, -Bueno, Anakin-, dijo con demasiado entusiasmo y ni siquiera necesité ver la cara de Anakin para saber que puso los ojos en blanco, -Ha pasado un mes, ¿verdad? Chicos, ¿tienen un plan sobre cómo vamos a hacer esto?- Preguntó mientras se levantaba del suelo y se sentaba en el borde de la cama para mirarnos: -¿Vamos a ocultar el embarazo? Estoy seguro de que puedo montar una guardería aquí, nadie viene aquí de todos modos. ¿O vamos a la intemperie y vamos a decir que es mío?- Arrugué mi rostro ante sus palabras y sentí que Anakin se reía entre dientes, -¿O, vamos a huir?- Agregó eso último y aunque sonaba aterrador, me gustó que dijera nosotros. Planeaba seguirnos a cualquier parte, Anakin y yo apreciamos y amamos su lealtad.
Anakin suspiró, -Correr no es una opción, Sidious me encontraría en cualquier lugar y tengo demasiados asuntos pendientes. Tiene que ser el primero o el segundo-. Respondió sin levantar la cabeza de mi cuello, me estremecí cuando su frío aliento golpeó contra él; poniéndome la piel de gallina, -¿Qué quieres hacer, mi amor?- Me preguntó en voz baja mientras traía su mano y la volvía a colocar sobre mi estómago.
