PUSE MI MANO SOBRE MI BOCA PARA EVITAR GRITAR. VI COMO PIETT CAÍA AL SUELO Y GEMÍA DE DOLOR. AL MENOS NO estaba muerto. No podía decir dónde le dispararon, así que no sé si tiene mucho tiempo o no.
El soldado se quitó el casco y lo arrojó a un lado.
Adam.
Me metí en el baño para tratar de esconderme.
Anakin, está aquí.
Realmente espero que llegue aquí antes de que reciba un disparo en la cara. Dudo que eso sea algo que pueda curar con su fuerza juju.
—Aspen—. Cantó mi nombre en un tono sádico, mostrando cuáles eran sus verdaderas intenciones, —Sé que estás aquí—. Su voz era severa ahora y escuché pasos mientras caminaba por la habitación. Primero lo escuché abrir el armario, luego lo escuché mientras se arrodillaba y revisaba debajo de la cama, —¿Dónde estás, perra?— Gritó mientras se ponía de pie. Sus pasos se hacían más fuertes, se acercaba al baño. Sostuve mi mano para silenciar mi respiración, con la esperanza de que no me escuchara ni me viera ya que estaba agachada por el fregadero. Pero claro, ese no fue el caso, —Ahí lo tienes—. Dio un paso delante de mí y me agarró del pelo para ponerme de pie.
—¡Déjame ir!— Grité mientras trataba de soltarme de su agarre, —Te va a matar cuando te encuentre—. Gruñí con ira, aunque estaba llena de miedo.
Él se rió entre dientes, —No me importa, siempre y cuando no te tenga a ti—. Sacó una navaja y la sostuvo frente a mi cara. Prefiero el blaster, eso dolería menos, —Te quería tanto, Aspen, solo deseaba que no fueras una jodida psicópata.
Miré la navaja con miedo, maldita sea, Anakin, ¿dónde estás? —Como si estuvieras mejor— Respiré con voz temblorosa, sin apartar la vista del arma en su mano.
Sacudió la cabeza rápidamente como un loco, —No, pero soy mejor. Nunca te lastimaría como él lo hace—. Tuve un flashback del hangar cuando trató de estrangularme hasta la muerte, pero está bien, Adam, digas lo que digas, —Deja todos estos moretones en tu cuerpo, está abusando de ti, mi amor—. Habló con lágrimas en los ojos, contuve una mordaza cuando me llamó amor. Está mucho más loco de lo que pensaba.
Me reí, —Oh, Adam, él no está abusando de mí. Me está follando como un dios. Algo que nunca podrás hacer—. Le espeté con una mirada de disgusto en mi rostro.
Estoy haciendo eso otra vez, donde me pongo demasiado atrevida frente al peligro.
Su rostro se puso más enfadado de lo que nunca lo había visto, —¡Puta!— Levantó la navaja y me estremecí mientras cerraba los ojos. Pero cuando nunca llegó, lentamente abrí los ojos para verlo en el agarre de Anakin.
