ENTRÉ EN EL HANGAR; ESPERANDO QUE ELLA ESTÉ AQUÍ. PERO PARA MI DISGUSTO, ESTABA VACÍO. RÁPIDAMENTE REVISÉ LA hora para ver que había pasado aproximadamente una hora de su hora de inicio habitual, no es que esté realmente sorprendido en este momento, parecía haber tenido una noche bastante ocupada.
Como yo; Tuve que escuchar una terrible conferencia de Tarkin sobre cómo abuso de mi poder. Estaba más molesto de lo que esperaba cuando descubrió lo que le hice a la capitana Azalea. Y tuve que inventar alguna excusa de mierda de por qué la maté; No pude decirle exactamente que es porque ella amenazó a la mecánica.
Me habría preguntado por qué importaba, y no tenía exactamente una respuesta para eso.
La verdad es; No sabía por qué importaba. Casi no entiendo nada de lo que he estado sintiendo últimamente.
Suspiré mientras subía mi comunicador y le enviaba una transmisión, y después de unos segundos; Escuché su voz, —¿Sí?— habló y pude escuchar el cansancio en su tono.
—Hangar. Ahora—. Le respondí con severidad.
Ella no me dio una respuesta; Supuse que era porque el tono de mi voz la asustó para que se apresurara, que era lo que esperaba.
Crucé los brazos sobre mi pecho mientras la esperaba, y mis ojos recorrieron la habitación; hasta que mi mirada se posó en algo que estaba tirado en el suelo.
Entrecerré los ojos, antes de caminar hacia la botella y recogerla. Observé el recipiente vacío que una vez contuvo alcohol dentro y, a juzgar por la marca; esto era de Tarkin.
Bueno, parece que encontré la fuente de su pequeña escapada anoche. Adam debe haber tomado esto de la oficina de Tarkin cuando él no estaba.
La puerta del hangar se abrió y supe que era ella por sus rápidos y repentinos pensamientos. Levanté la vista mientras sostenía la botella de whisky, —Parece que olvidaste algo.
—Lo siento.— murmuró; mirando hacia el suelo con nerviosismo.
—Como sea—, tiré la botella a la basura con un suspiro, —No es por eso que te llamé aquí—. hablé; acercándome a ella.
Levantó la vista lentamente para encontrarse con mi mirada, y sus ojos se abrieron con sorpresa por lo cerca que me había acercado, —¿Por qué me llamaste?— cuestionó con su voz suave y cansada.
