SAQUÉ EL CRISTAL AZUL QUE ME DIO ANAKIN Y SE LO LANCÉ A ELLIE, —SOSTÉN ESTO POR MÍ—. ELLA LO ATRAPÓ Y ASINTIÓ MIENTRAS lo miraba con curiosidad. Luego pensé en cada cosa que sucedió desde la última vez que hablé con él, sé que estará escuchando.
—Por favor—, me rogó el hombre debajo de mi pie, —tengo una familia que cuidar, por favor déjame ir antes de que él llegue—. Habló con miedo en su tono y sacudí la cabeza con incredulidad mientras lo miraba con disgusto.
—Esperas que sienta lástima por ti, después de que acabas de matar al bebé de mi amiga y trataste de matarla—, me burlé, —Puede que no sepa qué había realmente en esa jeringa, pero algo me dice que no era bueno por lo ansioso que estabas por inyectarlo—. Escupí mientras empujaba contra su garganta.
Empezó a llorar y puse los ojos en blanco, —Por favor, no quiero morir—. Suplicó más. Ella tampoco, pero intentaste matarla de todos modos.
—Muerte—, me reí sin humor, —Tendrás suerte si eso es lo que te da—, quité mi pie de él y me incliné a su lado, sus ojos llorosos nunca dejaron los míos, —Una es cosa es meterte con él y otra con ella—, señalé el cuerpo inconsciente de Aspen, —Él es muy protector, y acabas de matar a su bebé y trataste de asesinar a su prometida—. Negué con la cabeza mientras chasqueaba la lengua, —Lo conozco muy bien, pero ni siquiera yo sé qué destino tienes por delante.
—Lo siento mucho, por favor déjame ir—. Siguió llorando y fue extremadamente patético. No haces lo que hizo y esperas misericordia. Familia o no. Especialmente cuando le quitó la familia a otro.
Entonces lo escuché, el sonido familiar de sus pesados pasos que resonaban en los pasillos, no mucha gente lo notaba como yo, pero su caminar era más pesado que el de la mayoría. Probablemente debido a esas botas de gran tamaño, —Sabes qué—, miré de nuevo al hombre, —Adelante—. Asentí hacia la puerta.
—Piett, ¿qué estás-? —Levanté una mano para evitar que Ellie hablara, le di una mirada de "confía en mí" y ella asintió con curiosidad.
El hombre me miró con los ojos llenos de esperanza, —¿En serio?— Fue divertido ver esperanza en sus ojos, sabiendo que estaba a punto de ser arrancada. Esto es para mis mejores amigos, maldito idiota.
Asentí con la cabeza, —Sí, pero date prisa—. Sonreí, —Estoy seguro de que estará aquí pronto.
El hombre se levantó de inmediato, —Gracias, oh Dios mío, gracias—. Habló rápidamente mientras corría hacia la puerta para correr. Me puse de pie y crucé los brazos sobre mi pecho; Luego me apoyé en la cama de Aspen para ver el programa.
